Concurso Homenaje a los clásicos, La curiosidad… ¿mató al gato? por Atzin Nieto
Extracto del relato presentado por Atzin Nieto para el Concurso Homenaje a los clásicos
La curiosidad… ¿mató al gato?
—¿Disculpe?, señorita, señorita, lamento tener que interrumpirla pero quisiera hacer una denuncia espetó la voz gangosa de la paquidérmica anciana de pelo cenizo, babero de cocina rojo y unos lentes cuyas dioptrías si no estaban cerca de ver el futuro al menos mostraban un presente más nítido y hostil.
—«Espérame tantito, mana». Primero que nada, ¿ya lo pensó bien?, respondió la mujer cuyas uñas postizas orgullosamente presumía cada vez que se presentaba la ocasión, por ejemplo, ahora, mientras tapaba la bocina del teléfono y torcía la boca antes de continuar hablando. Mire, le digo esto porque venir y hacer una acusación contra una persona no es cualquier cosa, al contrario es un tema bastante delicado y sobre todo muy desgastante. Yo le recomiendo que intente llegar a un acuerdo con la parte involucrada porque así se evita el iniciar un juicio en el que necesitará invertir mucho dinero sobre todo para pagar por los servicios de un abogado particular. Ándele, mejor váyase a casita y trate de solucionar su problema sin necesidad de llegar a la vía legal.
—Pero, señorita, ¿es en serio?, ¿cómo cree que yo voy a hacer eso sabiendo que mi vida corre peligro en todo momento? Yo lo que quiero es levantar una denuncia porque ese hombre merece estar tras las rejas el resto de su vida o, en el mejor de los casos: muerto.
—«Te llamo luego, mana. ¿Vale?» Tranquilícese, por favor. Aquí no podemos meter preso a cualquiera sólo porque usted quiere, no todo es como en la series de televisión. Se tiene que seguir un proceso: abrir una carpeta, comenzar una averiguación, reunir pruebas, audiencias, etc., etc., etc.
—Sí, sí, claro pero es que usted acaba de “recomendarme” que evite denunciar y luego que solucione mi problema como si se tratara de cualquier cosa. Hasta parece que no quiere hacer su trabajo.
—Tranquilícese, señora, por favor, si no quiere que llame al custodio de la puerta y me vea en la penosa necesidad de invitarla a retirarse.
—Por supuesto que no me voy a calmar. Ya le dije que lo que quiero es poner una denuncia en contra de mi vecino y si es posible, de manera anónima. No quiero tener represalias por andar de curiosa.
—¿Curiosa?, sí claro, entiendo. Está bien, pero antes le comento que no hay manera de que su denuncia sea anónima, ya que, necesitamos sus datos completos para poder abrir el expediente y asignarle una averiguación. ¿Okey?
—¿Y es la única forma?
—Así es. Primero llene este formato en aquella esquina, ¿trae pluma de color negro?, bueno, si no, ahí tiene varias en la mesa, ¿okey?, y ya que lo tenga terminado regresa conmigo para que pueda proceder a levantar su denuncia. ¿Correcto?
(Continuará)
©Concurso Homenaje a los Clásicos: Atzin Nieto para Solo Novela Negra, 2021.
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