Presentación de SINÁNTROPOS de Carlos Bassas del Rey por Miguel Izu

 

Presentación de Sinántropos, de Carlos Bassas del Rey

Miguel Izu

 

El 20 de mayo se presentó en la librería Elkar Comedias de Pamplona la más reciente novela de Carlos Bassas del Rey (Barcelona, 1974), Sinántropos. El autor estuvo acompañado por el también escritor Carlos Erice Azanza. Bassas quiso tener un recuerdo para varios escritores recientemente fallecidos («Tenemos la maldita negra últimamente, llevamos unos meses horribles»): Domingo Villar, Javier Abasolo, Fernando Marías y Antonio Lozano. Añadió que, además de buenos escritores, eran bellísimas personas, y que serán inmortales porque nos quedan sus libros.

«Bicho o planta que es capaz de adaptarse de tal forma que puede vivir en ambientes urbanos, pensamos en ratas, en palomas, que son ratas con alas, las gaviotas también, cucarachas…», explicó Erice, «¿El protagonista, Corto, es sinántropo?». «Sí», respondió Bassas, «en el propio sentido del término». Corto es un superviviente, un chaval criado en un barrio marginal de cualquier gran ciudad, el de la novela no es ninguno concreto pero pueden ser todos. Con catorce años tiene una experiencia muy traumática que le hace salir huyendo, sin otra intención que escapar. Sobrevive unos años como chapero, luego como escort de lujo, pero tiempo después se ve obligado a regresar al barrio, a un hogar que ya no es el suyo donde solo queda una madre que es una extraña y unos amigos que ya no le importan. El regreso es un fracaso, sus amigos le complican en un «vuelco», en el robo de un cargamento de droga a unos narcotraficantes que podría ser una gran oportunidad, pero en el fondo todos saben que escapar del barrio es imposible.

Aparte de la trama criminal, Erice comentó que hay muchos otros temas de fondo, la amistad, la familia, la violencia sexual, cosas que no estaban tan explícitas en otras novelas anteriores. Bassas dice que no escribe desde un tema, para él eso es un error que lleva a hacer malas novelas o «wikihistorias» con demasiadas explicaciones y datos que acaban aburriendo. Él prefiere partir de una sensación; por ejemplo, en Justo (Premio Dashiell Hammett 2019) era cabreo y nostalgia, a partir de ahí construye un protagonista al que le van pasando cosas. En el caso de Sinántropos, el sentimiento desde el que quiere escribir es la desesperanza y el personaje de Corto va a ser su vehículo. La trama, explicó Bassas, aunque sea imprescindible, es secundaria. Lo que queda en el lector de una buena novela es el personaje; las tramas se olvidan. Aquí lo importante es Corto, «un indisimulado homenaje a Corto Maltés», apuntó Erice. «Absolutamente indisimulado», dijo Bassas, era el cómic favorito de su padre y él sigue teniendo la colección completa que le fue regalando, aunque después de haber leído cada número. Erice señaló que en la lectura se nota que lo que le interesa sobre todo es cuidar el lenguaje y el estilo, más que el tema o la trama. Ambos coincidieron en que para tramas trepidantes ya está Netflix;  Bassas intenta buscar expresiones e imágenes que no caigan en lugares comunes, trata de que la novela sea entretenida pero que provoque emociones. Quiere evitar las novelas que en realidad son películas escritas, hoy muy abundantes. Prefiere que se pueda leer despacio, sin las prisas del lenguaje audiovisual, para eso ya está la televisión, que dé pie a la reflexión. Por eso dice que es cada vez menos tramador, él quiere ofrecer al lector lo que no hay en una película o una serie, quiere literatura, lenguaje, poesía y un estilo personal. También considera importante la musicalidad de las palabras; Bassas recordó que en su origen la literatura era oral, las historias se contaban en voz alta y hoy, aunque leamos en silencio, también oímos una voz en nuestra cabeza y no nos suena igual ni nos sugiere lo mismo una frase con muchas erres, más dura, que con eles. Pero todo exige una medida, no todas las frases han de ser geniales y aptas para ponérselas en un tatuaje, también son necesarias las frases de transición, como las escenas de una película que ayudan a hacer avanzar la historia. En todo caso, quiere evitar escribir novelas iguales a la mayoría de las que existen, en las mesas de novedades de las librerías hay demasiados libros demasiado parecidos entre sí. Cree que ha encontrado su estilo propio desde Mal trago (2017), la última novela de la saga de Corominas, y luego con Justo (2018) y Soledad (2019), aunque procura que cada libro sea un poco distinto. Comentó que no quiere ser Donna Leon, que lleva veintiuna novelas absolutamente clónicas, aunque le va de maravilla y está forrada («Igual el idiota soy yo»).

Erice señaló que en Sinántropos no acaba de quedar clara la época en que se desarrolla; Bassas explicó que es su novela más generacional, transcurre entre los años ochenta y noventa, quería citar películas (y alguna canción) de cuando él era joven. Eso le permite hacer referencias con la simple mención de un título. Él se ha criado en un barrio de clase media y no conoce los barrios marginales (bromeó con que, en la promoción del libro, debiera contar que para documentarse ha vivido de incógnito dos meses en una infravivienda y trapicheando droga), quería que los protagonistas fueran jóvenes para subrayar el contraste de que, en realidad, son «viejóvenes», lo propio de los barrios marginales donde la gente madura y envejece muy deprisa, tiene la sensación de estar condenada al fracaso, vive peligrosamente intentando escapar de su destino y muere pronto. Los protagonistas de la novela están derrotados, son personajes extremos que le interesan mucho; hoy la novela negra es lo más parecida a la tragedia griega clásica, trata de perdedores que no pueden escapar a su destino. Bassas explicó que Corto, igual que otros personajes de la novela, están traumatizados, son seres tarados, rotos. No son buena gente, no pueden serlo, aunque el lector tiende a identificarse con ellos y luego le choca que sean capaces de hacer cosas espantosas; también le gusta mostrar personajes malvados capaces de hacer buenas acciones, porque la vida real es así.

A preguntas del público, Carlos Bassas contó que Sinántropos nace un día en que fue a Barcelona y en su habitación de infancia y adolescencia, donde sigue guardando sus libros (Tintin, Astérix, Milo Manara…), se fijó en la colección de Corto Maltés y pensó en hacer un libro, una novela de barrio, titulado Corto con un personaje llamado Corto; pero luego, para no coincidir con el libro de C. J. Nieto (9 corto, 2020), se le pasó por la mente la palabra sinantropía que había leído en un libro científico. No tiene intención de que Sinántropos tenga continuación, prefiere historias autoconclusivas; confesó que le asalta la tentación de hacer Justo 2, tiene quince páginas escritas pero no cree que las continúe. Dijo que en la novela hay alguna escena de sexo, más bien violento, también alguna muy escatológica y muy cutre con la que se divirtió mucho y, como le suele gustar hacer, referencias científicas y mitológicas que le hagan parecer más culto. Se reconoció sin talento para escribir comedia, para alumbrar textos más alegres y optimistas, le parece muy difícil. Preguntado por su próximo trabajo, dijo que está a cero, que no quiere pensar en nada hasta septiembre, aunque reconoció que tiene varias historias empezadas pero que no encuentra forma de continuar. Tiene ideas técnicamente complicadísimas que no sabe cómo sacar adelante, como una historia contada simultáneamente por tres personas o una novela escrita al revés en el tiempo, que se inicie desde el final y continúe hacia el principio, pero sin que el lector se dé cuenta. Retos que no sabe si algún día será capaz de abordar.

Como a pesar de estar en mayo era día de ola de calor, la máxima en Pamplona alcanzó los 32,7 ºC, el diálogo entre Carlos Bassas y su público continuó hasta que cayó la noche pero fuera de la librería y con unas cervezas bien frías…

Ficha

 

 

Sinántropos

Carlos Bassas del Rey

Alrevés Editorial, 2022

ISBN: 978-84-18584-47-3

250 páginas, 15 x 23 cm, tapa blanda

 

Sinopsis

«Del griego syn (junto a) + antrhopos (ser humano). En biología, capacidad de algunas especies vegetales y animales de adaptarse a ecosistemas urbanos para sobrevivir».

Los sinántropos sobreviven como pueden. O lo intentan. Como Corto, que, a lo largo de diez años, ha intentado desprenderse de su verdadera piel para hacerse pasar por alguien que no es. Porque Corto sabe, por más que se empeñe en olvidarlo, que algunos barrios son un agujero negro del que es imposible escapar. Ni siquiera la luz, tan ligera, tan liviana, puede huir de ellos.

Sinántropos es la historia de un fracaso. De un regreso. De una venganza. Pero es, sobre todo, la historia de una amistad rota tejida entre calles sucias e ilusiones imposibles. Y es, por encima de todo, la voz de Corto, un protagonista empeñado en volar por encima de sus posibilidades.

 

©Artículo: Miguel Izu, 2022.

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