Entrevista a Ahmed Oubali por Azeddine Ettahri
ENTREVISTA AL ESCRITOR AHMED OUBALI
en la cual nos desvela su arte de mortificar al lector
Soy el profesor Azeddine Ettahri, de la Universidad Mohamed V de Rabat, y estoy hojeando un libro de relatos que me dedicó el autor el año pasado y al que ya consagré unos estudios críticos que se pueden consultar en la Web (1). La portada muestra algunas imágenes impresionantes: una imponente pistola, unas bragas tachadas de sangre y una serpiente agresiva; al fondo una catedral y una mezquita, símbolos de la cultura hispano marroquí. Las imágenes aluden con evidencia a un ambiente criminal, el del género negro. Abajo, mi mirada se posa en el diminuto sello de la editorial Cultiva Libros de Madrid. Arriba, un título que reza en blanco y rojo: Chivos expiatorios y otros relatos (224 páginas), además del nombre del autor en negro: Ahmed Oubali. En la cubierta hay un resumen de la obra y una reseña biográfica del autor. Se adivina que el título alude a un desarrollo narrativo escalofriante que da la sensación de que el autor pretende envolver al lector en una intriga en la que la angustia y la muerte son los principales protagonistas.
El lector puede poner el título en Google o ver en el vídeo siguiente (2) con una corta proyección de las escenas más relevantes.
- Buenas tardes, Ahmed Oubali, catedrático de semiótica de textos, profesor de didáctica de idiomas, traductor, crítico literario, autor de una cantidad asombrosa de relatos con factura de género negro y con inimitables logros lingüísticos de maestría e ingenio. Gracias por concederme esta entrevista. En ella le preguntaré sobre algunos de sus nuevos relatos en los que muestra gran capacidad para urdir intrigas meticulosas y cautivantes. Lleva escribiendo relatos desde los años 90, ¿qué motivos particulares le indujeron a ello, profesor Oubali?
- Buenas tardes, estimado colega. Gracias por preparar este encuentro. Es un doble placer para mí, viniendo de un eminente lingüista (tu título reciente de doctor lo consagra afinadamente) y de un especialista de la literatura marroquí en español. Bueno, no tengo ninguna inclinación personal mórbida por este género, aunque sí he vivido en un amiente policíaco por haber sido mi padre comisario de policía. Pero el motivo principal está vinculado con la creación de la AEMLE (Asociación de escritores marroquíes en lengua española) en Larache, fundada y presidida por nuestro querido e inolvidable Mohamed Sibari que en paz descanse. Tratábamos al principio todos los géneros literarios menos el negro, así que vi que tenía que colmar este vacío. Pero por dedicarme exclusivamente a la docencia, la crítica literaria y la traducción, solo logré publicar unos 40 relatos, primero en suplementos de periódicos y luego en Internet. Estos relatos eran inicialmente esquemas de novelas cortas que reduje en relatos cortos, por no haber tenido precisamente tiempo ni recursos para editarlas. A esa contracción la llamo canibalismo textual. Por estas dos razones, no quiero considerarme escritor en el sentido tradicional de la palabra: en mi vida la escritura no es una actividad vital ni primordial (como lo es la lectura), sino un mero hobby, como lo son para mí el deporte, la música, los viajes, las mujeres o el jugar al ajedrez…En la vida, o escribes o vives…Y yo prefiero vivir.
- Pero son muchos relatos y podían haber constituido varios libros, ¿Por qué no ha pensado en la autopublicación?
- Porque pertenecen a múltiples géneros de los cuales seleccioné y mantuve solo los del género negro.
- Para distinguirse del grupo y colmar esa laguna, claro. Hablando del libro que acabo de presentar, se trata de la segunda edición, ¿no?
- En efecto. Lo presenté al principio en Sevilla (3) pero fue en Algeciras en la Feria del Libro donde tuvo gran acogida, gracias al apoyo de la escritora y periodista Nuria Ruiz y la presencia del señor alcalde de la ciudad (4). La primera edición fue realizada dadivosamente por la diputación de cultura de Cádiz.
- Aún recuerdo la famosa entrevista que concedió a Nuria Ruiz al respecto y que podemos leer y escuchar en la Web (5). Supongo que consagra y cierra aquel histórico acontecimiento.
- Así que hablaré aquí solo de temas no tratados en aquélla. Contestaré exclusivamente tus preguntas sobre los 3 primeros relatos del libro que será editado próximamente bajo el título de Cuerpos baratos.
- Gracias por no repetir cosas. Aclaremos primero un punto: suele hablar de género negro pero para la crítica se trata más bien de un subgénero, subordinado a la novela, ¿no es así?
- Bueno, se le llamó así erróneamente. Este género trata del mundo del crimen. Describe la maldad humana que empieza con la aparición de la vida misma sobre la tierra. Llevamos acumulados en el inconsciente millones de años de miedo y violencia. Matar es inherente al hombre. No es pues de sorprender que los temas de este género describan exclusivamente esa milenaria lucha dialéctica entre bondad y crueldad, castigo y culpa, justicia e impunidad. La literatura trata básicamente del bien y del mal, como sabes, luego es negra por Por eso creo que este género es superior a todos los demás ya que el crimen, bajo todas sus facetas, es el personaje principal de la historia de la humanidad…
- Gracias por esta aclaración. Para precisar, ¿qué definición personal mantiene de este género?
- Contrariamente a la novela policíaca tradicional cuyo tema es solo resolver un enigma, este género describe el mundo del crimen insistiendo sobre el carácter oscuro, violento y perverso de los ambientes en que transcurre la intriga. Su objetivo principal no es pues aclarar un misterio sino enfocar las acciones violentas y siniestras donde no hay barrera entre buenos y malos. Son todos individuos derrotados por el destino, siempre en busca de una libertad o felicidad imposibles de encontrar. Y la muerte termina siempre con ellos. La muerte es la demostración de que el individuo está solo, de que es una mera podredumbre.
- ¿Abarca toda la temática de este género o privilegia algún aspecto particular?
- Puedo decir que donde innovo es el enfoque que doy a la intriga: me intereso únicamente por describir la psicología de la víctima, sea mujer u hombre, es decir, el thriller es narrado desde esta perspectiva y el villano (asesino serial o criminal demente) es utilizado solo como causa-efecto del crimen. Este enfoque, pienso, traduce con más contundencia el ambiente sadomasoquista descrito.
- Lo que dice se refleja en sus relatos pues no he podido encontrar a ningún detective principal o personaje destacable que lleve la investigación, como suele ocurrir en las novelas.
- La característica del relato corto es resumir la historia y mantener la intriga principal. No hay infinitos detalles ni repetición de acontecimientos ni personajes superfluos, plenos u omnipotentes, como suele ocurrir en una novela de 400 ó 600 páginas. Al sintetizarse la intriga, se reducen subsecuentemente la duración y los personajes. Hago una minuciosa limpieza en mi relato, barriendo todo lo superfluo y purgando todo lo estereotípico de este género para centrarme solo en la relación víctima/verdugo. Por eso en mis relatos, el azar es el protagonista principal quien guía y mueve las intenciones de los protagonistas; él es responsable del caos, la injusticia, la locura, la crueldad y la maldad; él es quien orienta y burla la ley. Él es quien decide quién vive o muere, quién es inocente o culpable.
- ¿Algunos ejemplos de este implacable destino?
- Los temas que trato se ubican mayormente en un contexto hispano marroquí: una mujer y su amante programan asesinar al marido multimillonario; una pareja mixta vive un desgarrador amor/odio que termina en un crimen perfecto; una mujer logra desterrar, mediante el psicoanálisis, un pasado macabro donde, siendo niña, asiste al asesinato de su propia madre; un cleptómano sádico se desdobla en varios personajes para satisfacer sexualmente a mujeres indefensas, buscando solo despojarlas de sus bienes; una mujer intenta suicidarse tras ser violada pero el azar cambia por completo su vida; una necrófila con demencia precoz cuya obsesión única es orinar sobre los cadáveres de sus víctimas, convertidos en amasijos de carne sanguinolenta; una pirómana que ejecuta sus crímenes bajo el sonambulismo; y no faltan traficantes de droga, de blancas, de armas o de proxenetas y también algunos macabros personajes principales no humanos como las serpientes, el sida, el diablo, el vudú, Si el azar es el protagonista, el verdadero detective de mis relatos es finalmente el lector mismo. Crear formas de interacción entre él y mis personajes siempre ha sido mi intención.
- Antes de hablar de la identificación, ¿cuáles son sus fuentes de inspiración para narrar estas espeluznantes escenas?
- Los grandes autores de este género pero principalmente A. Poe, su creador, quien, como se sabe, tuvo el arte de transfigurar la vida cotidiana en una paranoia insoportable. Para Poe, los hombres somos cruelmente tratados por el destino y la vida misma es una pesadilla horrible. La tragedia es un atributo de la vida. El peligro, el miedo, la injusticia y finalmente la muerte son una realidad siniestra que nos aguarda a la vuelta de la esquina.
- Pero además de este ambiente macabro, sé que el erotismo es un elemento clave de la estructura narrativa de sus relatos.
- Bueno, utilizo el exhibicionismo y el voyerismo como pretexto para enganchar al lector e involucrarle en la trama criminal. Los tres elementos recurrentes en mis relatos (sexo, angustia y muerte) son correlativos en la mente de la víctima y la de su asesino. Funcionalmente, es esta relación carnal y violenta la que más interesa al lector. En Cuerpos baratos he llevado a sus extremos la mortificación y degradación del cuerpo de la víctima. Daré algunos ejemplos, si quieres.
- Vale, pero primero dígame, ¿cómo construye esta relación con intención de implicar al lector?
- Intento hacer que los ojos del lector no lean solo esas escenas sino que las toquen. Sus ojos se mutan en manos para dar lugar al tacto y sentir el deseo. Al mismo tiempo, quiero que sus manos dupliquen a las de los personajes y se muten en ojos para visualizar aquellas escenas. Es lo que se llama en psicoanálisis percepción háptica o arte de producir contacto físico a través de la vista y contacto visual a través del tacto. La mirada acaricia y goza y la mano ve e imagina. Lo auditivo y olfativo también sufren visiones hápticas. Cerrando los ojos, vemos mejor con los demás sentidos gracias al concepto de “phantasme” (no tiene equivalente en español) que significa visión alucinatoria o pulsión inconsciente pero real para el paciente consumido por su deseo. El contacto sensorial virtual (besos o caricias) es más intenso. Esto crea un fuerte vínculo entre el lector y los personajes. Diría que el lector ve la forma del texto pero toca su contenido, lo disfruta. El placer del texto es inseparable del dolor que produce. En Google y en el epílogo de mi relato Las manos que ven, explicito con más detalles este tema (6).
- Esta perversión de la función de los sentidos es complicada, ¿puede ilustrárnoslo con ejemplos?
- La protagonista del relato citado ve con sus manos y con los demás miembros de su cuerpo porque es ciega. La única visión que tiene del mundo, incluso cuando resuelve el enigma del crimen, es táctil, auditiva y olfativa. En mi relato Perversión Secreta (disponible también en la Web), el lector comparte este vínculo sensorial sadomasoquista entre el deseo del asesino de violar y la repulsa de la víctima. No lee sino que oye, olfatea y siente hápticamente cómo el asesino, en su incapacidad de reprimir sus perversiones, secuestra a una niña para violarla y luego asesinarla. Puede que haya lectores que estén en la misma posición de privación sexual y de perversión criminal que el viejo Yalal, aunque no por ello pasen al acto de matar. Estarán solo curiosos (voyerismo) por saber cómo es violada la niña, estrangulada y al final apuñalada.
- Sé que muchas lectoras le reprochan dar de la mujer una imagen exclusiva de un ser manipulado sexualmente y violentado cruelmente por el hombre.
- Lo hago, en efecto, pero solo por mor de su libertad, para darle más protagonismo en su lucha milenaria por liberarse del yugo masculino y preservar su naturaleza excepcional que supera a la del hombre, salvo en la fuerza física. Mi intención es denunciar el maltrato de género que describo a todos los niveles, desde el menosprecio y subestima que sufre la mujer, hasta la violencia física y psicológica, con palizas, insultos y humillaciones de toda índole. Mi idea principal es mostrar que el hombre que maltrata a una mujer es un enfermo mental, un demente, y que, también, la mujer que aguanta esa cruel situación (por miedo o algolagnia), no cumple con su deber y derecho de emanciparse. Me insurjo pues contra cualquier avasallamiento, sea conyugal, cultual o político, que le arrebate este derecho. La mujer no es ese segundo sexo que el machismo muestra injustamente (un objeto hedónico, deleitable, artificial y maléfico), sino una persona libre y respetable, una madre, una esposa, una fuente de amor infinito, capaz de realizar, al igual o mejor que el hombre, grandes metas en esta vida. Para mí es un lujo amarla y respetarla.
- Esta actitud es digna de admiración, gracias, profesor. Volviendo a la intriga, ¿cómo hace para mantenerla hasta el final?
- Utilizo el modelo actancial de Algirdas Julius Greimas. Desde el principio expongo la idea principal (el argumento); luego complico la trama para crear situaciones nuevas espeluznantes y al final termino con un crescendo dramático sorprendente. El objetivo es dejar al lector sin aliento. Esto exige un firme desarrollo de la narración y la creación de situaciones donde la escena es tal que el lector se sentirá apremiado por la tensión hasta el final.
- Aparte de este erotismo que llama háptico, ¿con qué otros artilugios engancha al lector?
- Son muchos. Depende del tema tratado. Doy funciones y protagonismo a objetos insignificantes pero para mí son poderosos símbolos que tejen relaciones asociadas con varias otras escenas. Una cama, una silla, una llave, un cuchillo, un destornillador pueden tener funciones aterradoras. En Amor post mortem (7), el anodino trozo de papel que cae al suelo, justo entre los pies de la esposa infiel, su marido y su amante, despierta una extrema e insoportable angustia en el lector porque sabe que su contenido delataría a la mujer y decretaría su propia muerte. Me interesa mucho por último, centrarme en las escenas no verbales, las miradas, gestos y mímicas, porque quiero que el lector note que éstas entran en contradicción con lo que dicen los personajes. La angustia brota fuerte cuando la mirada denuncia y refleja lo contrario que se dice, lo no dicho premeditado, las pasiones inhibidas, lo inconsciente. Todo esto, ubicado en lugares insólitos e inverosímiles, con descripción de cuerpos atractivos y anhelados, vestidos caros; personajes falsos, mucho humor negro, permanente angustia e irresistible sensualidad. Son ingredientes del género negro.
- He leído últimamente un artículo suyo en la Web (8), donde teoriza sobre un nuevo paradigma narrativo que llama presente isoentrópico pulsional, ¿en qué consiste exactamente?
- Con este concepto intento relacionar intrínsecamente la escritura con las artes plásticas espacio-temporales (pintura, escultura, música y danza), lo verbal con lo no verbal. En semiótica, lo no verbal también constituye un texto, un tejido, un lienzo donde se disemina el sentido en tanto como una situación cuajada, fija y que solo el lector o el espectador puede interpretar, como estando ante una escultura o un cuadro. Este efecto, que reflejan todas las bellas artes, lo llamo presente isoentrópico.
- O sea, los acontecimientos se narran inapelablemente teniendo cuenta de la enunciación. Es decir, los planos de la historia y los del relato coinciden en el punto cero del presente.
- Y me alegra ver que lo expongas con tanta precisión. En Las manos que ven especulo sobre este presente no gramatical, que copio del psicoanálisis y reinterpreto desde la física cuántica. Con ello me propongo incluir al lector en la historia y hacer de él un protagonista. En mis relatos, la voz del narrador, esté ausente o en primera o tercera persona, no es la del autor sino siempre la del lector. Porque solo hay sentido constante cuando un yo lo interpreta. Un yo que llamo pulsional o subliminal.
- ¿Quiere decir que sus relatos vienen a ser cuadros o secuencias cinematográficas?
- En efecto. Así, mientras que en un relato tradicional el lector lee en pasado (en diferido) los acontecimientos narrados, en una narración en presente pulsional, el lector es otro actor o personaje del relato, un actante que participa en el texto en directo, movilizando todos sus sentidos a nivel emocional y vivencial. El lector no solo lee u observa sino que se encuentra en la escena misma del crimen, a pesar suyo. Se identifica con el villano o el héroe. Y al participar en la intriga, sufre, goza y, en cierto modo, muere. Porque, como ya he dicho, su relación con el texto es subliminal.
- Muchos críticos destacan a este nivel su estilo singular que contrasta con el de los otros escritores del grupo, ¿se debe ello a esta técnica?
- De hecho, copio teóricamente esta técnica del concepto dual de escritura novelística versus escritura cinematográfica que aparece a partir del año 2000. Los lenguajes verbal y fílmico se entrecruzan para crear juegos metatextuales en la pantalla mental del lector que, por ello, tiene la impresión de ver una película y no leer un texto.
- Se ha notado a este nivel que usted se preocupa mucho por la teoría literaria a la hora de elaborar cada uno de sus relatos, ¿es éste un requisito imprescindible?
- Cualquiera, sin estudios y con un poco de gramática o periodismo, puede escribir cuentos y hasta novelas. Sin embargo, la teoría nos muestra que esta empresa está destinada al fracaso si no se tienen en consideración ciertas reglas, ciertos códigos y ciertos reflejos. Un escritor tiene que diferenciar tres niveles inconfundibles en su texto: la historia (lo que ocurrió), el relato (la gramática de esta historia) y la narración (enfoques o perspectivas) que encuadra historia y relato. Es el primer paso en la escritura. Luego tiene que saber que la historia no es importante ya que cualquiera puede escribirla. El relato y a la narración, en cambio, son los que constituyen el acto de creación literaria. Y por último, tiene que aplicar al pie de la letra esos códigos narrativos porque para elaborar un buen relato no basta tener estudios superiores ni dominar bien una lengua. Ignorar esta verdad es pedalear en un plato de cuscús para obtener un texto/papilla a echar a los gatos. Es estupidizar la escritura. Hay escritores y poetas que tendrían más éxito vendiendo hortalizas, en vez de producir textos redhibitorios. En el enlace siguiente (9) presento con más detalles esta ineptitud.
- Gracias por esta concisa aclaración. Hablando precisamente de códigos de misterio y suspense, ¿hace alguna diferencia teórica entre ambos registros?
- Por supuesto. Bueno, el misterio en un thriller interesa menos porque desvela la sorpresa solo al final de la historia. El lector se esfuerza solo en saber quién mató a quién. Como en la novela policíaca. En cambio, el suspense cautiva la atención y la participación del lector permanentemente, involucrándolo en el peligro y la angustia que afectan al protagonista y también al lector. Lo importante no es saber quién mató a quién sino mostrar la intriga criminal en su violencia extrema, mayormente psíquica. El suspense, más que el misterio, ilustra finalmente las raíces milenarias del malestar del hombre en el mundo. Diría que la espera y la llegada de nuestra propia muerte no constituyen un misterio sino un permanente suspense.
- Esto indica que usted se inspira mucho en el psicoanálisis, ¿es gracias a ello que logra infundir intensas emociones en el lector?
- Los humanos somos personas débiles, con nuestras propias fobias, nuestros complejos, vicios y virtudes; somos sensibles y profundamente emotivos. Una niñez sin afecto ni estima no puede generar una madurez feliz. El motor que nos rige es pues la pulsión de realizar nuestros deseos más trascendentales e íntimos. Pulsión que por desgracia entra en conflicto con la pulsión de la muerte. Es la eterna lucha entre Eros y Tánatos. Y la literatura es el gran laboratorio donde se describe esta lucha, desde emociones o sentimientos de placer hasta los escalofríos más horrendos, pasando por la alegría, la ansiedad, el vicio, hasta topar con nuestra propia muerte. En mis relatos exploto todos estos sentimientos, exagerándolos al máximo para divertir al lector. Y al hacerlo me sublimo describiéndolos para librarme de mis propias fobias y pesadillas. La lectura y la escritura son ante todo una extraordinaria catarsis. Una restauración de nuestro Yo dañado.
- ¡Qué buena definición de la función de la literatura! Volviendo al lector, dice que lo quiere divertir, sin embargo ha hablado de una inexorable interacción sadomasoquista que acaba mortificándolo durante y después de la lectura.
- Bueno, un thriller es básicamente un manual del arte de angustiar al lector ya que muestra una sociedad enferma y corrupta, la maldad humana en sus extremos. Por ende, la psicopatología que utilizo para describir el comportamiento de los personajes no deja indiferente al lector.
- Para maximizar esta mortificación, ¿qué otros trucos utiliza, además de los citados?
- La implicación del lector en la trama; su identificación con la víctima o con el asesino y su manipulación que consiste en ocultarle información vital, dándole pistas falsas. Me sirvo por otra parte de la elipsis para estrujar violentamente el tiempo de la narración, de la analepsis y prolepsis para retroceder en el pasado o anunciar futuros hechos. Con ello puedo aflojar el tiempo de la historia o acelerarlo, para centrarme en un hecho conmovedor y estresante. Bueno, no olvidemos que este estrés es ficticio y hay que saborearlo con una sonrisa. De niño me aterrorizaban las películas de terror; ya maduro, iba a verlas para desternillarme.
- Sé que rechaza y condena el compromiso social, sin embargo se ha definido al género negro como una crítica profunda de la sociedad y en sus relatos bulle precisamente esa sulfurosa crítica.
- Soy visceralmente renuente a todo compromiso político mediante la literatura porque ésta es pura ficción y con la ficción no se construyen modelos reales de sociedad. La literatura no cambia el mundo. No es un manifiesto ni un partido político. Es estrafalario creer que un poeta o un cuentista puedan hacerlo. Los que lo creen o son hipócritas y cínicos o resentidos y oportunistas. Los partidos políticos, las ONGs y los medios de comunicación se responsabilizan por ello. Les incumbe a ellos sacar las castañas del fuego con la mano del gato. Pero no la literatura, que es pura fantasía. Por otra parte, hoy en día nadie puede poner en duda el fulgurante progreso democrático que experimenta mi país a todos los niveles. Que sea clarísimo: yo escribo para el lector que quiere divertirse y sentir múltiples emociones, aprender giros lingüísticos, descubrir cultura y paisajes insólitos, admirar bellos cuerpos, observar espeluznantes escenas y jugosos diálogos, todo ello envuelto en un ambiente siniestro de extremo suspense cuyo objetivo final es realizar la catarsis de nuestro propio ser, su purificación, como ya he dicho. Y esta redención y restauración solo se consigue con escribir o leer. La vida tiene un lado oscuro, sórdido y sucio y para evitar verlo tenemos que mentimos a nosotros mismos evadiéndonos leyendo: un bello cuerpo, una buena gastronomía, una entrañable sinfonía, una exquisita copa de Rioja, un relato paranoico, unas rimbombantes escenas eróticas con acciones escalofriantes es lo que describo porque sé que es lo que busca el lector para evadirse y regenerarse gracias a la ficción. La literatura nos solaza. El arte nos humaniza. La cultura nos separa de la bestialidad.
- ¿Será por eso que da a su Blog el título de “Escribir es mentir”?
- ¡Ah, lo has visto! Pues sí, es cierto. El escritor inventa cosas con palabras. Crea mundos posibles con ellas. Por eso todo es ficción en literatura. Porque todo está en papel. Tanto los personajes como los hechos. Un perro ni ladra ni muerde realmente en una novela. El disparo no mata. Nadie muere realmente. En poesía ocurre lo mismo. Un poema traduce las dolencias del poeta, sus perversiones íntimas o sus reivindicaciones políticas. Estas elucubraciones en papel son pura ficción. No cambian en nada el mundo. Porque en papel nadie ama ni sufre ni llora realmente. Porque todo ocurre en la mente del lector al leer esas ficciones de papel. Y leer o escribir no es vivir. Las fantasías son masturbaciones psíquicas. Para más detalles se puede consultar el artículo que encabeza mi Blog (10). Y leer sobre todo Lector in fabula, de U. Eco.
- Gracias por esta enmienda literaria. Dígame, ¿por qué escribe en español, ya que usted habla perfectamente otros tres idiomas?
- En España siempre me preguntan lo mismo. En realidad la gente confunde, como ya dije, el relato con la historia contada y con el acto de narrar. Sin embargo estos tres niveles son insustituibles: mis relatos están en español pero no la historia contada. En cuanto al acto narrativo que estructura relato e historia, lo elaboro siempre en francés. Así que esos tres idiomas están siempre presentes en la narración y suelen transgredir y violar en ocasiones, no la gramática, sino el registro semántico del español.
- Y para terminar, ¿cuál es la novela que considera “la biblia del género negro” y que nos aconseja leer?
- Hay muchas. Para mí es sin duda “El nombre de la rosa”, de Umberto Eco. Es una verdadera antropología criminal que describe mejor el lado negro de la existencia humana. La lucha milenaria entre el bien y el mal. En ella, alguien asesina por defender un dogma, por muy falso que sea. Mata en nombre de un dios, de una fe. Aquí, la muerte misma, con su terrible guadaña y vestida de negro, es representada por un fraile. Al final se restablece la justicia y gana la libertad a la barbarie; la sabiduría, al oscurantismo; la verdad, a la mentira.
- Así terminan también varios de sus relatos. He notado un irrebatible optimismo en ellos, pese al mundo siniestro que describen. ¿No es así?
- Es verdad. Me inspiro en la paradoja del comediante de la que habla Diderot (11). El autor, como un actor, puede interpretar diferentes papeles sin identificarse a ninguno de ellos. Yo soy optimista por naturaleza. Llevo una vida bien acomodada y alegre, gracias a Dios. Me siento afortunado. Ello se refleja muy poco en mis escritos porque lo exige el género. Claro que tengo altibajos, como todo el mundo. Por eso siempre es una suerte y un alivio que haya en nuestra estresada vida luces y colores risueños y asequibles, aunque efímeros. Precisa pues disfrutarlos al máximo antes de la despedida final, nuestra propia muerte, negra por antonomasia.
- Disfrutémoslos con fruición, estimado profesor. Gracias, Ahmed Oubali, por este tan instructivo encuentro y suerte y éxito para la edición y publicación de Cuerpos baratos. ¡Viva el suspense!
- Muy agradecido por esta recepción y por el apoyo incansable que dedicas al hispanismo marroquí. Mi enhorabuena por esta incomparable labor literaria tuya que abarca diversas actividades culturales. La realizas con erudición, competencia y finesse. Ha sido un gran placer.
WEBLIOGRAFÍA.
(2) https://www.youtube.com/watch?v=awkXf3D-NW8
(4) https://www.youtube.com/watch?v=bFYQsNEbC9Q
(5) https://culturaenabierto.com/2015/02/19/entrevista-al-profesor-y-escritor-ahmed-oubali/
(6) http://sopaderelatos.com/2017/02/28/las-manos-que-ven/
(7) http://sopaderelatos.com/2016/05/12/amor-post-mortem/
(9) http://sopaderelatos.com/2017/02/08/como-se-debe-leer-una-novela/
(10) http://ahmedoubali.blogspot.com/2015/09/assiste-t-on-la-disparition-de-la.html
(11) http://www.biblioteca.org.ar/libros/89870.pdf
©Entrevista: Azeddine Ettahri, 2021.
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