Una cuestión de artículo y tilde

 

UNA CUESTIÓN DE ARTÍCULO Y TILDE, por Anxo do Rego

Nadie, absolutamente nadie conocía sus intenciones, ni siquiera él. Sin embargo estaba decidido. Eran muchas las frases idénticas que escuchaba de ella cada día: le dejaré, le abandonaré y así podremos reiniciar de nuevo nuestras vidas.

Le costaba respirar, se ahogaba. La situación era insoportable.

Día tras día, mes tras mes y así durante tres años, se mantuvo esperando a que ella cumpliera la promesa que hiciera entonces. Estaba cansado, aburrido, a punto de abandonarla, no lo hacía por una sola razón, la amaba. Se conocieron en una exposición de arte naif. Semanas después volvieron a encontrarse, fue entonces cuando tomaron la primera copa juntos. Luego no hicieron falta exposiciones. Se amaban siempre a escondidas, cada noche, con temor a que los descubrieran.

Aquel día alguien le reveló sin buscarlo, la solución a su problema. Sin esperar más tiempo, se acercó hasta el Gimnasio Bruno’s, preguntó por Anastasio y charlaron durante varios minutos. Poco antes de marcharse, aquel preguntó.

—¿Que quiere que haga?

—Quiero que mate al hombre que aparece junto a la mujer en la fotografía.

— ¿Quien es ?

— El amante de la mujer.

—Le costará caro.

—No importa. Dígame cuánto.

Cerraron la cifra y establecieron dos cuestiones. Ambrosio vigilaría durante una semana al hombre de la fotografía, le llamaría y él haría entrega de la cifra convenida.

Transcurrieron diez días hasta recibir la llamada de Ambrosio, como establecieron. Ya está todo preparado, mañana lunes será la fecha, le hemos visto entrar cada noche sobre las once y salir poco antes de las ocho de la mañana — le dijo. Él no contestó, solo se mantuvo nervioso toda la jornada a la espera de la siguiente llamada.

El miércoles apareció la noticia en primera plana de todos los periódicos: el viceministro Arias Pardúa fue asaltado la noche del lunes por tres desconocidos, mientras caminaba a pocos metros de su residencia. La muerte al parecer se produjo como consecuencia de la rotura de la membrana atlantooccital y ligamento atlantoaxial con el consiguiente desprendimiento del atlas, primera vértebra cervical. La policía carece de sospechosos por el momento. La esposa aparecía sonriente en una foto, junto al viceministro,  con quien llavaba casada doce años, en la inauguración de un centro cultural.

Ambrosio  tras ver la foto en un periódico se molestó,  tomó el teléfono, marcó un número y habló.

—Me engañó —gritó como si estuviera frente a su interlocutor —me engañó miserablemente. ¿Cómo pude ser tan estúpido? me ha buscado la ruina.

—Tranquilo —dijo el hombre al otro lado de la línea—Llevo tres años esperando este momento.

—Me engañó. Miserable. Usted me dijo que él era el amante de la mujer.

—No, disculpe, yo le dije que era el amante de la mujer

—Tendrá que pagarme una cifra igual a la que me entregó.

—Ni lo sueñe. Le repito que ha sido un error de artículo y su tilde. Hágalo constar así a sus jefes.

Del Texto ©  Anxo do Rego- Todos los derechos reservados

De la publicación ©   Solo Novela Negra – Todos los derechos reservados

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