Presentación de VENGANZA de Javier Díez Carmona por Miguel Izu

 

Presentación de Venganza, de Javier Díez Carmona

Miguel Izu

 

El 31 de enero, en la librería Elkar Comedias de Pamplona, Javier Díez Carmona (Bilbao, 1969), acompañado del escritor navarro Carlos Ollo Razquin, presentó su última novela, Venganza. Casi exactamente un año después de haber presentado en el mismo lugar Solas (2023), segunda entrega de la trilogía iniciada con Justicia (2021) y cuyo personaje principal es Osmany Arechabala, militar cubano jubilado y asentado en Bilbao.

Después de una incursión rural a la comarca de Las Encartaciones, en la novela anterior, la presente, que cierra la trilogía (definitivamente, dice Javier, ha quedado contento con ella pero quiere hacer cosas distintas), es netamente urbana. Se desarrolla en Bilbao, en el barrio de San Francisco, un espacio marginal al que su paisano Jon Arretxe llama “la pequeña África”. Según explicó Javier, se inicia al día siguiente del que acaba Solas. Había dejado algún fleco del que ha tirado para escribir una nueva historia cuyo tema central es la trata de mujeres; mientras que en Justicia el tema eran las injusticias del capitalismo y en Solas el machismo, el más salvaje que incluye maltrato e incluso asesinato, ahora une ambos temas para hablar de la mercantilización del machismo. Una historia oscura que se extiende del tráfico y explotación sexual de las mujeres (normalmente secuestradas o engañadas en África) al ámbito del blanqueo del dinero que genera que, como economista (trabaja en Laboral Kutxa), le preocupa mucho, la delincuencia de corbata y guante blanco, de “sinvergüenzas que no han nacido en África” sino en respetables familias de aquí.

Carlos preguntó a Javier sobre su particular modo de escribir, que es “de brújula”, sin haber trazado primero un mapa conceptual. “Es que si no, me aburro”, dijo Javier, hacer primero un esquema “es como un dictado del colegio”. Cuenta que por insistencia de su editora, en su siguiente novela, en la que está trabajando ahora (completamente distinta, hay mucha documentación histórica porque se desarrolla entre 1936 y la actualidad y principalmente en un pueblito de la Baja Navarra, hay misterio pero no trama policial), hizo un esquema previo. Con él llegó solo a la página doscientas antes de abandonarlo, “me estaba aburriendo un montón”; de ahí hasta la página seiscientos ha seguido inventado, improvisando, sin saber qué va a pasar a continuación, que es lo que le divierte. Confiesa que tal sistema le obliga luego a corregir mucho, ya que el primer manuscrito “es una birria”, está lleno de contradicciones e incongruencias, y la primera revisión consiste en una reconstrucción completa para darle coherencia y dejar todo bien atado. Reconoce ser “muy rollero”, se lo pasa bien escribiendo y le salen muchas páginas, aunque como también quiere que le lean intenta conseguir un equilibrio.

Explicó Javier que siempre empieza a escribir teniendo claro el tema del que quiere tratar; a partir de ahí va imaginando lo que sucede y va dando paso a los personajes. En la presente novela quería hablar de la venganza, desde el principio decidió que ese era el título. Recuperó personajes de Justicia, e incluyó algunos nuevos, en particular uno que le parece el más interesante, un sicario que al principio era un hombre, pero tras escribir la mitad de la novela le pareció que no funcionaba, “era de cartón-piedra”, y decidió convertirlo en una mujer, una antigua agente israelí.

Aunque la novela es muy coral, el protagonista absoluto sigue siendo Osmany. Preguntado por Carlos, Javier explicó que el personaje surgió por una cuestión de puro pragmatismo. Quería enseñar Bilbao, pero no el que ven los turistas, quería hacerlo a través de los ojos de alguien que llega de lejos y sin papeles; para no copiar a Jon Arretxe y su Touré, en lugar de un africano pensó en un inmigrante que hablara español y optó por traerlo de Cuba por ser de uno de los países latinoamericanos que conoce bien. Como lo imaginó de cierta edad, luego se le ocurrió que pudiera haber conocido al Ché Guevara, y que tuviera una historia detrás, haber sido militar y combatido en Angola, Namibia, Nicaragua, con una “capacidad de fuego importante”, a la que en esta novela opone la de la militar israelí que también es muy potente.

Reconoció que le gustan los estereotipos de la novela negra, de la más clásica, el abuso del poder, la corrupción financiera y policial, la violencia, la mentira, la doble moral, aunque es consciente de que eso no representa a toda la sociedad, solo a la parte más oscura. La novela que prefiere es la que golpea, la que duele, la que hace pensar un poco al lector sobre los subterráneos de la sociedad, sobre sus márgenes; la prefiere a esa otra más edulcorada, más fácil de leer, más policial o thriller que negra, por la que ahora apuestan muchas editoriales y lectores. Afirmó que la novela negra, o la literatura en general, no tiene que hacer denuncia social, como se suele decir; es ficción y basta con que tenga sentido crítico. Luego, por intervención del público (vale, del que esto escribe), se corrigió en el sentido de que él mismo sí denuncia, hace una llamada de atención sobre aspectos negativos de la sociedad, lo que no quiere es soltar un mitin o ser panfletario, eso les corresponde a otros. No obstante, Carlos y Javier estuvieron de acuerdo en que lo principal de la novela es disfrutar de la lectura (o de la escritura), entretenerse, pasar el rato, aunque luego se olvide lo leído, no siempre tiene por qué suscitar preguntas, ideas o reflexiones. Para salvar al mundo ya pagamos a otra gente.

Ficha:

Venganza

Javier Díez Carmona

Grijalbo, 2023

ISBN: 9788425366468

480 páginas, 15,4 x 23,2 cm, tapa blanda

Sinopsis:

La inspectora Miren Ruíz de Heredia ha aprendido una gran lección: hay que desconfiar siempre de la primera versión de los hechos. Tras los funestos sucesos ocurridos en la comarca de Las Encarnaciones, Miren sigue pensando que algo no encaja, que hay alguien más detrás de tanta sangre. Su obsesión es el viejo Osmany Arechabala. Pero para demostrar que el cubano tuvo algo que ver, deberá dar con él antes de que lo hagan otros… Y es que Osmany no está solo en el punto de mira de la inspectora; son muchos los que no soportan que haya metido las narices en los turbios asuntos que el Bilbao más oscuro y despiadado intenta ocultar.

 

©Artículo: Miguel Izu, 2024.

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