La reina de diamantes- Reseña

La reina de diamantes es la novela dividida en cuatro partes que esta semana reseña Antonio Parra, crítico literario de Solo Novela Negra

Título

La reina de diamantes.

Datos publicación

Editorial Delito. Barcelona 2018. 189 págs.

Datos de los autores

Sebastià Bennasar, Llort, Salvador Macip y Marc Moreno quisieron jugar una partida de póquer, pero les faltaba una carta: la Reina de diamantes. No la encontraron por ninguna parte. Después de muchos correos y conversaciones, descubrieron dónde se escondía. El ambiente estaba cargado de humo y el sudor humedecía las camisas. Hicieron lo que tocaba: All-in, apostar todo y escribir la historia.

Sinopsis de la obra

Empresarios catalanes endeudados con quien no es recomendable. Gángsteres rusos instalados en la Costa Brava. Prostíbulos en crisis que navegan a la deriva. Albanokosovares especialistas en asaltar chalets. Y un buen puñado de diamantes dentro de una caja fuerte que resolverán la vida de quien los tenga en su poder… al final de la partida. Llort, Sebastià Bennasar, Marc Moreno y Salvador Macip narran una trama dividida en cuatro partes, manteniendo el estilo y la voz personales, cada uno de ellos a través de los ojos de uno de los personajes.

Reseña

Lo negro y lo fatal

Que se junten dos personas para escribir una novela es algo complejo, pero que lo hagan cuatro entra dentro del territorio de la locura, coordinar voces, intenciones temáticas, ritmos, extensiones, criaturas, no es nada sencillo, y en cambio hay gente que se ha atrevido a hacerlo, con unos resultados no sólo satisfactorios, sino además muy atractivos.

Estamos hablando de Sebastià Bennasar, Llort, Marc Moreno y Salvador Macip, que un buen día decidieron emprender este viaje que ahora nos permite disfrutar a nosotros de una trama en la que hay rusos muy mafiosos, albanokosovares traviesos, mujeres fatales, pero que muy fatales, prostíbulos y sexo por doquier, chulos con ínfulas, secretos, mentiras y, por supuesto, diamantes, unas cuantas piedras que nos solucionarían el futuro a cualquiera de nosotros, y que a otros en cambio les oscurece el horizonte.

¿Cómo han logrado – pensarán ustedes – entonces que todo esto no chirríe, que suene como un instrumento bien afinado? Pues es una incógnita que tal vez podamos desvelar si reparamos en lo mucho que a los cuatro les gusta la novela negra, o si aceptamos que tienen talento para desvalijar diez casas y sus correspondientes cajas fuertes, para encandilar a mujeres espectaculares e incluso para dejarse encandilar por ellas. Pensemos que también tienen arrestos para descerrajar tiros en la frente, o para reventarse la cabeza por un quítame allá esos euros, pero es que también tienen sueños, y no precisamente fáciles de cumplir.

Sí, ya me he dado cuenta de que he terminado mezclando rasgos de la novela con las personas de sus autores, pero es que ellos han estado en muchos momentos en las mentes de Vladimir, de Carlos, de Alicia o de Irina, se han movido y han disparado junto a Albano y Romina, y quién sabe en cuántas más actividades inconfesables habrán tenido que participar, siempre en aras de alcanzar un saludable objetivo literario: el de darle a la novela verosimilitud, el aire que le corresponde y un ritmo endiablado que nos hace entrar y salir del Titanic, llegar hasta una casa colgada sobre el Mediterráneo, conducir como locos, beber y tener otros vicios más inconfesables.

Aun así, la historia tiene sus cuatro caras, o tal vez dos, dos tipos de bebidas, incluso, por un lado litros de vodka destilados de la parte de Bennasar y Llort, y acaso un buen vino o un whisky de malta de doce o quince años por la parte de Marc Moreno y Salvador Macip. Dicho de otro modo, la novela tiene una primera parte brutal y demoledora, en la que los hechos son los que gobiernan la trama, y les aseguro que lo pueden hacer perfectamente, y luego llega una segunda parte en la que, sin abandonar la tensión, entramos un poco más en la mente de algunos personajes, conocemos su pasado, sus motivaciones, alguna que otra reflexión.

¿Hay desequilibrio entonces?, pensará algún malévolo jugador, de esos que nunca se han marcado un farol ni vivido una buena resaca. Pues no, porque ambas partes son necesarias y complementarias, a veces hay que disparar y a veces hay que hablar, y ay de quien no tenga claros el orden o las prioridades. Toda la trama está perfectamente sustentada por estas cuatro voces, todas las sombras que se ciernen sobre unos y otros están muy bien delineadas, dejando fuera al lector, porque nos necesitan, necesitan que estemos ahí, mirando, asistiendo al enroque de unos y otros ante el dinero, el sexo, las joyas, los engaños, y nos necesitan ahí porque de otro modo no habrían tenido a nadie a quien sorprender en el tramo final. Hay experimentos que merecen repetirse.

Texto: ©Antonio Parra Sanz, 2018.

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