CIERRA LOS OJOS de Nuria Viedma por Miguel Izu

Presentación de Cierra los ojos, de Nuria Viedma

Miguel Izu

 

El pasado día 20 de octubre la escritora navarra Nuria Viedma Hervás (Multiva, 1974), acompañada del escritor navarrocatalán Carlos Bassas del Rey, presentó en la sala multiusos del Ayuntamiento de Aranguren (Navarra) su novela Cierra los ojos. Es ya su cuarta novela publicada después de Los sueños de Julia (2018), Al otro lado (2019) y La llave (2021).

Cierra los ojos se inscribe en la ya larga serie de novelas donde aparecen, como protagonistas o secundarios, miembros de la Policía Foral de Navarra, algo que se ha ido haciendo habitual en las dos últimas décadas, al igual que sucede con la Ertzaintza y los Mossos d’Esquadra entre los autores del País Vasco y de Cataluña. Contrariamente a lo que piensa la mayoría del público lector y cinematográfico, el primer autor en incluir a los forales en sus novelas no fue Dolores Redondo en su exitosa trilogía o tetralogía de Baztan (2013-2019), con la inspectora Amaia Salazar como protagonista, sino el pamplonés Alberto Ladrón Arana, mucho menos conocido, entre otras razones, porque escribe en euskera; lo hizo, entre otras, en Arotzaren eskuak (2006), Ahaztuen mendekua (2009) o Zer barkaturik ez (2011). Posteriormente, siguen la misma senda Laura Pérez de Larraya en Cuando los ángeles caen (2014), Juan Carlos Berrio Zaratiegui en El vuelo del cormorán (2015) y Bastan cinco minutos (2021), Ibon Martín en La fábrica de sombras (2016), Jerusalem Elizondo en Homicidium (2019), Nagore Suárez en La música de los huesos (2020), El ritual de los muertos (2021) y El final de la fiesta (2022), Juan Yanni en Culpa (2021), Mikel Chasco en Los cerdos te vigilan (2021), Susana Rodríguez Lezaun en Bajo la piel (2021) y En la sangre (2023), Izaskun Albéniz en Alas de piedra (2023), o el propio autor de estas líneas, perdón por la autocita, en La habitación de Vanderford (2022).

Carlos inició la presentación de Cierra los ojos señalando cómo la novela negra permite con facilidad la hibridación con otros géneros y, en el presente caso, se introducen elementos sobrenaturales, con cierto peso en una trama que, en cualquier caso, es principalmente de policial clásico. Nuria explicó que, inicialmente, solo pretendía hacer aparecer la ermita de San Pablo y Santa Felicia de Labiano (pueblo de 160 habitantes a 10 km de Pamplona), con la momia de la santa, ya que el lugar y su leyenda los tiene ligados a sus recuerdos de infancia cuando todo el valle iba de romería. De alguna manera, el espíritu de Santa Felicia se fue metiendo en la historia y acabó por llevarla al terreno sobrenatural. A partir de su decisión de ubicar la novela en Labiano fue apareciendo todo lo demás, los muertos indispensables en una novela negra, los protagonistas, los elementos metafísicos.

La protagonista es Nerea Alba, una mujer joven en un mundo de hombres porque, como destacó Carlos, los cuerpos policiales siguen siendo muy masculinos, es además una mujer con mando; con carácter “cañero”, precisó Nuria. Según indicó Carlos, es algo cada vez más habitual, mujeres como protagonistas de novela negra, y normalmente con una fuerte personalidad. En el caso de la inspectora Alba, su fortaleza exterior (Nuria dijo que le gustaría contar con su seguridad, su facilidad para tirar para adelante sin preocuparse por las consecuencias) está acompañada por una fragilidad interior, ya que tiene un pasado atormentado que le pasa factura emocional. Nuria explicó que está muy marcada por su pasado, del que ha ido consiguiendo salir, y que le hace involucrarse en particular en uno de los temas de la historia, la pederastia. Como destacó Carlos, a veces la víctima de abusos en la infancia luego acaba siendo victimario, algo reflejado en la novela. Nuria reconoció que es un tema, un crimen convertido incluso en negocio que mueve mucho dinero, que le pone los pelos de punta. Explicó que es un problema del que, con la ayuda adecuada, hay víctimas que salen, pero otras no se recuperan nunca. Algunas se convierten también en abusadores o en verdugos que buscan venganza.

A Nerea le acompañan, entre otros personajes, Asier Iribarren, “caliente por dentro y frío por fuera”, dijo Carlos, ya que es un hombre apasionado que trabaja como médico forense, un poco “creído” según Nuria ya que es muy atractivo, y el subinspector Niko Uriarte, su compañero y confidente. Como dijo Nuria, a menudo se pasan más horas con los compañeros de trabajo que con la familia, y acabas confesándote con ellos y contando cosas que no cuentas a otras personas. Todos ellos, incluso el gato de Nerea, a menudo su interlocutor cuando está sola en casa, participan en la trama principal pero, también, en un buen número de subtramas. Nuria explicó que en todas sus novelas suele incluir varias tramas complementarias, le gusta dar algún respiro a la principal, y hacer más real la labor policial, donde se suelen amontonar unos casos a otros.

Otro elemento muy presente en la novela es la música, otra de las aficiones de Nuria, se citan una serie de canciones que oyen los protagonistas y Carlos destacó cómo todas ellas, si se escucha o se lee con atención la letra, tienen alguna relación con la trama. Nuria dijo que están seleccionadas con cuidado, cree que siempre que se habla de música debe ser para acompañar lo que se cuenta, debe adecuarse a la historia y a las emociones que despierta.

Nuria acudió a la Policía Foral para que le asesoraran sobre las cuestiones técnicas de procedimiento policial, contó que le trataron muy bien, y que cree que es imprescindible documentarse con rigor, recopilar toda la información posible, incluso mucha que luego no aparece en la novela pero que viene bien para poder pisar con seguridad. Carlos dijo que aparece la información técnica necesaria, pero sin agobiar al lector y sepultarle en una montaña de datos, como sucede a veces.

A preguntas del público, Nuria explicó que, siendo la cuarta novela, cree que va aprendiendo, sobre todo, a tener paciencia, a tomarlo con calma, a ser constante, a dedicar mucho tiempo a corregir, “más que a escribir”. Reconoció ser escritora de brújula, toma muchas notas pero no planifica de antemano y deja que vaya saliendo la historia. Acudió a documentarse a la Policía Foral y al Instituto de Medicina Legal, pero no ha visto ninguna autopsia, no le apetece nada. Por otro lado, contó que le gusta ir dando pistas al lector sobre la investigación, que vaya sabiendo de qué va la cosa, pero también darle alguna sorpresa.

 

Ficha:

Cierra los ojos

Nuria Viedma Hervás

Platero Editorial, 2023

ISBN: 978-84-19492-62-3

299 páginas, 15 x 21 cm, tapa blanda

 

Sinopsis:

La joven inspectora Nerea Alba investiga un macabro crimen, un cuerpo ha aparecido en la casa parroquial de Labiano. La historia de Santa Felicia cuya momia descansa en la ermita del pueblo, le abre los ojos a una fe olvidada. Los fantasmas del pasado vuelven a atormentarla.

Mientras investiga con su compañero el subinspector Uriarte, su cabeza está llena de dudas sobre su relación con el forense Asier Iribarren. No hallan pistas hasta que aparece un segundo cuerpo, también en Labiano. Una misteriosa chica se cruza en su camino y siente que la conoce de algo. La jefatura se pone patas arriba cuando se descubre que el inspector jefe Urzay no está de baja sino desaparecido. Los acontecimientos comienzan a precipitarse y el trabajo parece sobrepasarla por momentos. Un mal oscuro parece ceñirse sobre los crímenes que investigan, algo que no tiene explicación.

 

 

©Artículo: Miguel Izu, 2023.

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