Rostros en las cercanías
Rostros en el Cercanías
por Javier Holmes
Desabridos rostros sin cara me miran con el mismo hastío que yo siento todas las mañanas en mi interior. El despertador enmudeció su campana hace apenas minutos y, sentado, contemplo la geografía urbana a través del cristal del Cercanías que me aproxima al infierno cotidiano.
Rostros sin cara que me desafían sentados frente a mí y que pacientes aguardan el tintineo de la apertura de puertas de la que será su estación final. Un rostro se vuelve sin ser capaz de soportar mi mirada, unos ojos que se cierran para no mirar otros rostros. Es bella y la miro con descaro.
Llego a mi destino y me levanto, ella también, observa mi maletín. Ya es tarde para mí y pagaré caro el error. Según atravieso el umbral de la puerta del suburbano, veo que de su bolso extrae algo brillante.
La veo caminar elegante, con paso calmo y con mi maletín, mientras yo me desangro en el andén, degollado.
Del Texto © Javier Holmes – Todos los derechos reservados
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