El callejón de las almas perdidas de William Lindsay Gresham por Vicente González

Una novela negra original donde las haya. No hay un asesinato, ni un secuestro, ni un policía o un detective que investigue, sí hay una mujer fatal. Además, cada capítulo, veintidós en total, comienza con una carta del tarot y su significado correspondiente. Cada carta estará relacionada de un modo u otro con las páginas que le siguen. Para rematar, William Lindsay Gresham no ambientó esta novela en una gran ciudad como Nueva York, Chicago o San Francisco, sino en una atracción de feria itinerante: “Diez en uno”. Entre los integrantes del espectáculo estará el protagonista Stan Carlisle, que hace de mago, un “Hércules” , “la fuerza de un gorila africano en el cuerpo de un dios griego”, el marino Martin, con todo su cuerpo tatuado, la mujer Electra a quien la atraviesan “quince mil voltios de electricidad” y, junto a otros personajes variopintos, Zeena, quien tiene un número con Pete, su marido, en el que no solo lee la mente de personas escogidas “al azar” entre los asistentes, sino que les dice qué les deparará el futuro.

Stan Carlisle verá en su actuación la forma de abandonar “el carnaval”. “La magia está bien, pero únicamente si conociera la naturaleza humana, como Zeena”. Tras morir el marido accidentalmente, Stan ocupará su puesto y aprenderá el código para poder comunicarse con Zeena, sin que el público se entere. Posteriormente, Stan Carlisle abandonará el “Diez en uno” acompañado de Molly, la mujer Electra. Durante un tiempo harán sus representaciones a domicilio para familias acomodadas. En una de las veladas, el encuentro causal con un juez que le revela a Stan el don que posee para ayudar a los espíritus, le inspirará para convertirse en espiritista. En su nuevo papel dará rienda suelta a su poder de sugestión e irá captando nuevos clientes a los que estafará, aspirando siempre a dar con un rico que le permita a la pareja retirarse. Lo encontrará y a alguien más que no esperaba.

Por “El callejón de las almas perdidas” desfilan diferentes estratos de la sociedad: desde el campesino que acude a la feria, al empresario que posee fábricas y da trabajo a miles de empleados. Sin embargo, el tema recurrente es el engaño y la mentira. No hay sueño americano, sino la forma de conseguir mucho dinero a costa de la credulidad de otros. Todos mienten, engañan o se dejan engañar: los espectadores de la feria, los amantes, los pacientes de una psiquiatra, los feligreses… Y el que cree engañar, es engañado. Huelga decir que no habrá un final feliz (es una novela negra). La carta que abre la novela es “El tonto”, la carta que la cierra es “El ahorcado”.

William Lindsay Gresham se inspiró en las anécdotas que le relató un enfermero, antiguo feriante, que conoció en España, durante la Guerra Civil. El escritor, afiliado al partido comunista, combatió en el “Batallón Abraham Lincoln”.

Por último, un apunte para los cinéfilos: esta novela fue llevada a la gran pantalla en 1947 con Tyrone Power en el papel de Stan Carlisle y Coleen Gray como Molly. El guionista fue Jules Furthman, el mismo de “El sueño eterno”, “Tener o no tener”, “Peking Express” o “Rio Bravo” (que no todo es novela negra y el que vale, vale).

©Artículo: Vicente González, 2021.

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