La novela negra sanferminera


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 La novela negra sanferminera, por  Miguel Izu

La literatura sanferminera, la que tiene como objeto, como uno de sus motivos, como escenario o como excusa a las fiestas de San Fermín en Pamplona, es mucho más extensa y abundante de lo que se suele creer. En un artículo titulado precisamente así, «Literatura sanferminera», publicado en el número 265 de la revista Príncipe de Viana, hago un repaso de las diversas obras literarias, en todos los géneros y producidas por autores de diversas nacionalidades y en distintas lenguas, que se pueden encuadrar en ella. Aunque Fiesta (The Sun Also Rises) de Ernest Hemingway tiende a oscurecer la existencia de otras novelas ambientadas en los Sanfermines, existe una veintena larga de ellas y la mayoría publicadas en las últimas dos décadas. Dedico un apartado de ese artículo específicamente a la novela policiaca sanferminera, un subgénero nada conocido y cuya existencia ha pasado inadvertida hasta ahora. A continuación haré una reseña de ese apartado, aunque también añado algunos datos adicionales que pueden ser objeto del interés o la curiosidad de los lectores de Solo Novela Negra.

Las primeras novelas negras o policíacas -tomamos la expresión en su sentido más amplio- ambientadas en los Sanfermines se escriben en inglés por autores extranjeros y carecen de traducción al castellano, por ello son completamente desconocidas en España. Coinciden con la época en que, una vez normalizadas las relaciones diplomáticas del régimen franquista con los países occidentales, se redescubre España como destino turístico y como escenario tanto de obras cinematográficas (desde Orgullo y Pasión hasta 55 días en Pekín, pasando por el spaghetti western) como literarias (Round and About Spain, de Aimé Tschiffely, El verano sangriento, de Hemingway, Iberia, viajes y reflexiones sobre España, de James A. Michener, O llevarás luto por mí, de Larry Collins y Dominique Lapierre, etc.). Esas novelas se publican en colecciones de consumo popular (dime novels) en la época de la Guerra Fría, cuando se pone de moda James Bond y las aventuras de espías comparten espacio con las historias de detectives.

Medal from Pamplona, Cameron Rougvie

Empezamos con Medal from Pamplona, publicada en 1964, su autor es Cameron Rougvie (Hull, Quebec, 1923-1981), un periodista y escritor canadiense que luchó en la II Guerra Mundial y que posteriormente fijó su residencia en España (está enterrado en el cementerio británico de Madrid). Publicó cuatro novelas con el mismo protagonista, Robert Belcourt, un canadiense agente de la inteligencia británica, políglota, productor de cine y aficionado a los toros. Con frecuencia situó sus tramas en España. En Medal from Pamplona Belcourt acude a la capital navarra con su amigo Peter, sospechoso de ser un agente comunista y de querer aprovechar los Sanfermines para contactar con espías rusos. Es vigilado por un equipo de agentes británicos que fingen filmar un documental sobre las fiestas mientras cumplen con todos los tópicos asociados a Hemingway, incluso ir de pesca al río Irati. Tras sobrevivir al encierro y a otras peligrosas situaciones, al final se revela que Peter es un agente doble que, burlando la vigilancia tanto de británicos como españoles, ha conseguido infiltrarse entre los agentes comunistas que utilizaban una atracción de feria como tapadera y logra desenmascararlos.

The Caper of the Golden Bulls, William P. McGivern

The Caper of the Golden Bulls, de 1966, de William P. McGivern (Chicago, 1922-1982), guionista de cine y televisión, y autor de una veintena de novelas de género negro, varias ambientadas en España donde también vivió unos años, pese a no estar tampoco traducida al castellano, es un poco más conocida ya que se llevó al cine por la Paramount bajo la dirección de Russell Rouse y con Stephen Boyd e Yvette Mimieux como protagonistas. Parte del rodaje se realizó en Pamplona durante los Sanfermines de 1966. En España se estrenó con el título de Carnaval de ladrones; y en México, como Atraco en Pamplona. El protagonista, Peter Churchman, es un norteamericano, veterano de la II Guerra Mundial, antiguo atracador de bancos retirado en un pueblecito costero del sur de España. Se ve forzado, bajo la amenaza de ser denunciado, a ejecutar con sus antiguos compinches un robo de joyas en el Banco de Bilbao, en Pamplona, durante los Sanfermines. Aprovechan el ruido de los cohetes de los encierros para detonar los explosivos con los que abren un túnel y utilizan una figura falsa añadida a la Comparsa de Gigantes para trasladar el botín.

The Pamplona affair, de Nick Carter

The Pamplona affair se publicó en 1978 bajo la firma de Nick Carter que, en realidad, era el protagonista de la serie, un detective de pulp fiction nacido en Estados Unidos en 1886 que aparece en un buen número de historias escritas por diversos autores, la mayoría anónimos, a lo largo de más de un siglo y que en los años sesenta se reconvierte por la editorial Award Books en una versión norteamericana de James Bond. Según Bernard A. Drew (Action Series and Sequels: A Bibliography of Espionage, Vigilante, and Soldier-of-Fortune Novels, NY, Garland Publishing, 1988), los autores de este número fueron Dee Stuart y Ansel Chapin. La novela ofrece una trama por completo delirante. Un físico nuclear, vasco y nacionalista, roba plutonio en Francia y construye una bomba atómica con la que un trastornado activista abertzale, resentido con la KGB a la que sirvió y que le traicionó, quiere destruir la flota rusa anclada en el puerto de La Coruña y desencadenar un holocausto nuclear que acabe con las dos superpotencias. Carter sigue la pista del plutonio desde Bilbao hasta Pamplona, donde corre el encierro en unos Sanfermines repletos de espías y de etarras y, luego, dejando a su paso un reguero de cadáveres, a lo largo del camino jacobeo hasta Santiago en cuya catedral se encuentra con el líder de los terroristas al que se daba por muerto. Finaliza su aventura en La Coruña donde logra evitar la catástrofe.

The Hemingway Sabbatical, de Allan Conan

En 1996 encontramos otra trama de espías actualizada a la época, The Hemingway Sabbatical, de Allan Conan, seudónimo del médico James J. Nora (Chicago, 1928). El narrador y protagonista es Robert Aguilar, profesor de literatura en San Francisco, admirador de Hemingway, que en su año sabático viaja a París, Madrid, Pamplona y otros lugares que frecuentó el premio Nobel. A su pesar se ve complicado en una trama entre espías cubanos empeñados en que visite Cuba y agentes de la CIA que le reclutan para identificar sus intenciones. En su breve visita a los Sanfermines corre el encierro, asiste a una corrida de toros y es seducido por una inglesa que, en realidad, es una antigua agente de la KGB que ahora hace negocios con la mafia rusa y con terroristas islamistas, y que quiere utilizarlo para obtener secretos de alta tecnología que serán empleados en un ataque nuclear contra Estados Unidos.

Death of a Pilgrim, de David Dickinson

Death of a Pilgrim, de David Dickinson (Dublín, 1946), publicada en 2009, pertenece a una larga serie de novelas protagonizadas por lord Powerscourt, detective de origen irlandés de la época victoriana/eduardiana (este autor tiene otra saga protagonizada por Mycroft Holmes, el hermano mayor de Sherlock, tampoco traducida al castellano e igualmente desconocida en España). En este caso investiga, en el año 1906, varios asesinatos de miembros de la familia de Michael Delaney, un multimillonario norteamericano que recorre, en peregrinación, el Camino de Santiago (algo muy improbable para la época). La ruta se inicia en la localidad francesa de Le Puy-en-Velay y, por un poco verosímil itinerario en tren que atraviesa los Pirineos, acaba en Pamplona durante unos Sanfermines cuya descripción es perfectamente anacrónica y responde más al año 2009 que a 1906, incluyendo a los mozos vestidos de blanco con faja y pañuelo rojos (algo que se inició en la cuarta década del siglo XX) cantando a San Fermín antes de correr ante los toros (costumbre propia de la segunda mitad del siglo). El asesino es descubierto al mismo tiempo que resulta mortalmente corneado por un toro en el encierro.

Posteriores a estas novelas en inglés de autores extranjeros, más o menos ¾o nada¾ documentados sobre los Sanfermines, en los últimos años han aparecido cuatro novelas en castellano que también contienen una trama policíaca con el telón de fondo de los Sanfermines pero que ofrecen una ambientación bastante más fiel a la realidad que las anteriores ya que están escritos por autores pamploneses, de nacimiento o de adopción.

Las lágrimas de Hemingway, de Reyes Calderón

Las lágrimas de Hemingway, de Reyes Calderón (Valladolid, 1961), de 2005, es la primera novela donde se presenta a dos personajes, el comisario Juan Iturri y la jueza Lola MacHor, que protagonizan una serie que, por ahora, consta de seis libros (el último, Dispara a la luna, ha recibido el Premio Azorín de 2016). En esta primera historia de la saga Lola MacHor todavía no era jueza sino abogada y sospechosa de un crimen. Reyes Calderón, profesora universitaria, se declara como navarra adoptiva y quizás por eso creó esa pareja complementaria ¾con cierta tensión sexual o sentimental no resuelta¾ donde él es pamplonés y ella una bilbaina de antepasados irlandeses aclimatada a Pamplona. Los demás personajes de la novela también se reparten entre forasteros de visita e indígenas y ofrecen el mismo doble punto de vista sobre la ciudad y las fiestas. La víctima del crimen es un doble de Hemingway, de ahí el título, un catedrático que acude a los sanfermines y al que confunden con el escritor, tiene su mismo aspecto y barba blanca, que muere en el encierro aunque no accidentalmente: ha sido drogado y empujado dentro de su recorrido. La trama policíaca permite describir ambientes de Pamplona y de los sanfermines.

 

Un extraño lugar para morir, de Alejandro Pedregosa

 

En Un extraño lugar para morir, aparecida en 2010, de Alejandro Pedregosa (Granada, 1974), que se define como «navarro consorte», también se mata a Hemingway, aunque sea simbólicamente. En este caso el muerto es un famoso escritor ocupante de la misma habitación del Hotel La Perla donde supuestamente se alojaba el Nobel norteamericano y que se conserva tal cual (supuestamente porque Hemingway, en realidad, no se alojaba en ese hotel, se trata de una leyenda), otra manera de ser el doble de Hemingway. Coincide con Reyes Calderón en ubicar un crimen en Sanfermines, en ofrecer como víctima a un forastero de visita en Pamplona y en presentar a una pareja protagonista, aunque en este caso son dos policías navarros, el maduro inspector Javier Uriza, de origen ribero, y su joven ayudante, Bea, pamplonesa (que aparecen en un relato del mismo autor, Hacemos tu vida más fácil, incluido en 24. Relatos navarros, de 2016, mientras que Uriza es mencionado en otra novela, Un mal paso, de 2011, ambientada en el Camino de Santiago). Pedregosa introduce en la narración a personajes reales, Miguel Indurain y Mikel Urmeneta, aunque sin roles relevantes, para describir las fiestas. Esta obra ha tenido una reciente adaptación como novela gráfica o cómic: José Carlos Sánchez del Arco, Muerte en San Fermín, 2016.

Ya falta menos para ayer, de Eduardo Iriarte

Ya falta menos para ayer, de Eduardo Iriarte (Pamplona, 1968), publicada en edición electrónica en 2013, relata el regreso de Dimas Esparza a Pamplona, su ciudad natal de la que lleva casi treinta años ausente, durante los Sanfermines. Se reencuentra con su padre, enfermo de Alzheimer y residente en la Casa de Misericordia, y se enfrenta con sus recuerdos y sus demonios familiares, sobre todo con la misteriosa muerte de su hermana gemela Clara, siendo ambos adolescentes, en los sanfermines de 1985. Durante unas fiestas descritas con distancia y desapego, en un tono sombrío, Dimas escucha la versión de los implicados en aquellos hechos y revisa su propia memoria hasta averiguar la verdad.

 

El asesinato de Caravinagre, de Miguel Izu

El asesinato de Caravinagre, de Miguel Izu (Pamplona, 1960), publicada en 2014, tiene en común con las anteriores novelas plantar un crimen en los Sanfermines y, de alguna manera, matar las fiestas. Matar en Sanfermines es como matar a los propios sanfermines, es un anticlímax salvo que sea con un toro de por medio. Quizás por eso se repita la acción de matar a un tótem o un icono, Hemingway (Calderón y Pedregosa) o Caravinagre, el kiliki más popular. El protagonista de esta novela es Rafael Echarte, abogado, al que acompañan varios personajes secundarios y entre ellos un comisario de la Policía Municipal. La trama policial permite describir ciertos aspectos de los sanfermines, vistos desde dentro por gente de Pamplona con sus hábitos festivos, y también hacer algunas incursiones en la historia de Navarra, en la sociedad navarra en general, en sus conflictos de identidad y en algunas cuestiones políticas. Temas que el autor ha tratado con otro tono a través del ensayo y que aquí se abordan con humor e ironía.

Encierros en Wall Street, de Cristopher Smith y Sin retorno, de Susana Rodríguez Lezaun

Por último, mencionaremos brevemente dos obras más de las que resulta dudoso que puedan ser encuadradas en la categoría de novelas sanfermineras, ya que las alusiones a las fiestas son anecdóticas y de escasa trascendencia para la historia que narran, pero que sirven de ejemplo de que las referencias a los Sanfermines aparecen en muchas otras obras, además de las reseñadas. La primera de ellas es del escritor norteamericano Cristopher Smith, Encierros en Wall Street (título original, Running of the Bulls, traducción de Antonio del Caño), publicada en 2014, forma parte de una serie de novelas titulada Fifth Avenue. Se desarrolla en su mayor parte en Nueva York y contiene una intriga criminal con varios asesinatos; sólo una breve escena se desarrolla en Pamplona, donde se comete uno de los crímenes durante el encierro. La segunda novela es de una autora pamplonesa, Susana Rodríguez Lezaun, Sin retorno, de 2015, que se desarrolla principalmente entre Pamplona y Roncesvalles. Los Sanfermines ocupan pocas páginas y constituyen una circunstancia de carácter marginal en la narración, que se centra en varios crímenes cometidos en torno al Camino de Santiago.

Digamos de paso que en los últimos años va surgiendo este otro subgénero, la novela negra jacobea, ya que a los títulos ya citados de Dickinson, Pedregosa y Rodríguez Lezaun pueden unirse unos cuantos más, como Crimen en Compostela, de Carlos G. Reigosa, Una huida en el Camino, de Jaime Asensio Villanueva, El códice del peregrino, de José Luis Corral, La huella del hereje, de Susana Fortes, El juego de la oca, de Fran J. Marber, El fuego de San Antón, de José Sánchez Calderón, El asesino de la Vía Láctea, de Gabriel Martínez, etc. Pero esta ya es otra historia…

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