La novela negra como guía de viaje
Tu mejor guía de viaje es la novela negra.
Novela Negra. Artículo de Izaskun Albéniz
Trabajar es como bucear sin snorkel ni bombona de oxigeno. A pleno pulmón. Los primeros segundos apenas cuestan. Incluso te permites el lujo de abrir los ojos bajo el agua y disfrutar de las placenteras impresiones de soledad y silencio. Pero es una quimera. En pocos segundos las circunstancias cambian y las sensaciones se vuelven angustiosas. Presión en el pecho, carrillos hinchados y una necesidad imperiosa de respirar.
Trabajar es como bucear. Y por eso los días festivos de Semana Santa se parecen a la primera bocanada de aire que tomas cuando te impulsas fuera del agua en busca del oxígeno necesario para continuar viviendo. Ese instante mágico en el que el aire vuelve a tus pulmones es el momento en el que quieres atrapar el tiempo y aprovecharlo al máximo.
Para exprimir al máximo los días de vacaciones la mejor baza es, en mi opinión, preparar la visita a conciencia. Con una llamada a la oficina de turismo de turno, información en foros o bien…una novela negra. Si. Las novelas criminales son las mejores guías turísticas para disfrutar de una visión única de tu destino vacacional.
Lo descubrí hace años, allá por el 2007, cuando visité Roma tras los pasos de Ángeles y Demonios. Quería saber cuánto de verdad y cuánto de ficción había en las descripciones de los lugares, en los símbolos que describía, en las calles y monumentos…Fue un viaje inolvidable.
Recuerdo los días previos con la nostalgia que da el paso del tiempo. La relectura de la novela y selección de citas, la composición del itinerario, impresión y encuadernación de la guía… Pasé horas subrayando y seleccionando los pasajes imprescindibles que hacían referencia tanto a la trama como a los lugares que quería visitar y los escenarios cruciales en la novela.
Vuelven a mi memoria las calles, monumentos, símbolos…El trayecto al completo con sus alegrías y decepciones (siempre hay que tener en cuenta las licencias propias que toma el autor). Pero sin lugar a dudas ese viaje de ida y vuelta que te transporta desde las páginas del libro a la realidad fue una forma extraordinaria de recorrer Roma. El sueño narrativo se transformó y se volvió corpóreo, palpable. Las sensaciones que me quedaron en aquella visita son, por muchos motivos, inolvidables.
Desde luego, para mí esta forma de visitar la ciudad mereció la pena. Posteriormente dejé la guía como complemento turístico a varios amigos que quisieron visitar la Ciudad Eterna. Lamentablemente, en uno de esos préstamos la guía literaria no volvió. Hoy me arrepiento de no haber hecho una copia. En fin. Cosas que pasan.
Años después, gracias a otra novela criminal y al recorrido turístico que se había organizado en torno a la misma pude disfrutar —junto con el club de lectura más animado de las Islas Afortunadas — de una visita a un pueblecito navarro bajo un prisma totalmente diferente al habitual. También en esta oportunidad existían licencias por parte de la escritora, pero la ambientación y los escenarios cruciales para la novela estaban allí. Las rutas y los lugares específicos hicieron que construyéramos de nuevo con bastante exactitud los escenarios y las calles por las que caminaron los personajes.
Sin lugar a dudas, hay algo en la ficción criminal que da vida a los lugares en los que se desarrolla la acción de las novelas. En este género, más que en cualquier otro que haya leído, se utiliza el escenario real como un factor decisivo en el desarrollo de la historia.
No en vano, la novela negra se nutre de realidad por los cuatro costados y, es posible que ese sea el motivo por el que varias ciudades —como Valladolid o Vitoria—se estén haciendo eco de esta nueva forma de turismo literario e incluyan visitas guiadas por la ciudad tras los pasos de los personajes y las tramas de sus novelas criminales. Una forma original de obtener un conocimiento más íntimo y especial de tu destino de vacaciones.
Los días de asueto terminan. Vuelvo a la rutina. Tomo aire, cierro la boca y los ojos. Me sumerjo bajo el agua. Buceo.
© Texto: Izaskun Albéniz
© Publicación: Solo Novela Negra
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