El Rey de Andorra- Crónica de la presentación literaria

Nos hacemos eco de la presentación de ‘El rey de Andorra’, novela del escritor Miguel Izu

EL REY DE ANDORRA, de Miguel Izu

El pasado 10 de octubre, ante un nutrido público, Miguel Izu presentó en Pamplona su tercera novela, El rey de Andorra (las dos anteriores fueron El asesinato de Caravinagre, 2014, y El crimen del sistema métrico decimal, 2017). La presentación tuvo forma de diálogo entre el autor y los también escritores Carlos Bassas del Rey y Carlos Erice Azanza. Hacemos a continuación un resumen del mismo.

ERICE.- ¿Quién es este rey de Andorra?

IZU.- Pues un señor que no era rey de Andorra, porque Andorra nunca ha sido un reino, pero en los años treinta se proclamó soberano de Andorra, no duró mucho pero así ha pasado a la historia. Me encontré por casualidad un libro titulado Boris I, rey de Andorra, le he plagiado la segunda parte del título, me llamó la atención porque no había oído hablar de él y me pareció un personaje curioso y que me servía para una novela de la que ya tenía alguna idea previa, necesitaba completarla con una anécdota histórica que ha acabado siendo esta.

BASSAS.- A los escritores y editores nos gusta clasificar. Yo al leerlo me preguntaba ¿es esto una novela negra? Sí y no. ¿Es un libro histórico? Sí y no. ¿Un libro con elementos de misterio? Sí y no. Tiene elementos de todo eso. Es de un género un poco indefinido, inclasificable, lo que sí os puedo decir es que es un libro bien escrito, lo que ya es mucho en los tiempos que corren. Los libreros no sabrán donde colocarlo…

ERICE.- En la sección de literatura navarra.

BASSAS.- En todo caso lo disfrutaréis mucho hasta la última página. Has dicho que todo parte de otro libro, cuando te lo encuentras, ¿qué tienes en la cabeza? ¿Una historia de ficción? ¿Una de realidad histórica? ¿Una novela negra?

IZU.- Ya tenía una idea, que era seguir la investigación de un suceso histórico que hace un personaje, una anécdota poco relevante, como yo he hecho ya varias veces, por ejemplo averiguando si Ava Gardner vino a Pamplona y bailó sobre una mesa del Café Suizo, o dónde se alojaba Hemingway cuando venía a los sanfermines, que me han llevado muchas horas aunque sean sucesos poco relevantes que parece que no van a interesar a casi nadie, pero investigar es un vicio que engancha, que produce adicción. Cuando me encuentro al rey de Andorra veo que me encaja, parece que hay más leyenda que historia real, así que investigo y en la novela sigo los pasos de la investigación, es autobiográfica en el sentido de que se describen los mismos pasos que yo he ido dando. Ya que como historia se quedaba corta le añadí otra, un asesinato, que suele ser un recurso efectivo para atrapar al lector hasta las últimas páginas para enterarse de quién es el asesino, y de la propia historia del rey de Andorra me van surgiendo otras tramas que voy siguiendo y que van envolviendo a la inicial, y que me permite hablar de otras cosas relacionadas con la Historia, que me interesa mucho.

ERICE.- Yo te odio por esa afición que tienes de joder mitos, de estropear nuestro sueño de que estuviera aquí Ava Gardner en un bar que, por cierto, mi abuelo la vio. En ese afán un poco iconoclasta que tienes, cuál es tu conclusión, que ese Boris que no se sabe muy bien si era ruso, bielorruso, polaco, checo, alemán, fue realmente rey de Andorra o no.

IZU.- Para desvelarlo hay que leer la novela, aunque ya en la portada la editorial ha puesto alguna cosa que lo pone bastante en duda. Este señor era apátrida, y anduvo circulando por Europa intentando que le dieran una nacionalidad y un pasaporte, solo consiguió un pasaporte de apátrida. Incluso se casó con una francesa a ver si le daban la nacionalidad francesa, que no consiguió, y le fueron expulsando de un país tras otro, por eso recaló en Andorra y allí se le ocurrió aspirar a ser rey. El final feliz es que acabó siendo alemán, en la II Guerra Mundial se unió al ejército alemán, luego lo enviaron prisionero a Siberia, pero lo devolvieron a Alemania y pudo vivir allí como jubilado alemán.

BASSAS.- Yo empecé a leer el libro virgen, sin saber si la anécdota del rey de Andorra era real, y durante bastantes páginas dudé si era una historia cierta, en el fondo no era importante porque estaba disfrutando de la construcción de la novela, del proceso de investigación del protagonista. Es difícil conseguir que un libro te atrape y te haga real lo que te está contando. ¿Cuánto tiempo te llevó conseguir acomodar las dos historias, la real y la de ficción, y conseguir que ninguna se caiga?

IZU.- No sé cuanto tiempo… Es un libro que empecé a escribir antes que El crimen del sistema métrico decimal, que se publicó primero, pero lo he seguido trabajando y revisando, he estado con él durante unos tres años y medio, con interrupciones para escribir otras cosas, pero sí he metido muchas horas para recoger los datos, hay muchos datos ciertos, como se advierte al principio, todos los artículos de prensa y bibliografía son reales, pero luego se mezclan con una historia de ficción. Pero como investigar me gusta mucho lo he disfrutado. Luego viene ensamblar la historia, que lleva tiempo, y revisar hasta tener un texto que te guste y no te dé vergüenza enviar a la editorial.

ERICE.- Hay tres grandes capítulos, dos más narrativos, otro que recoge datos históricos y citas de prensa, que tiene algo de ensayo. Ese recurso de copiar noticias de prensa, tan de Eduardo Mendoza, ¿lo tenías pensado desde el principio?

IZU.- Copiar literalmente noticias de prensa no lo tenía decidido, la consulté para informarme pero me encontré con noticias de la época, años 30, que creí que iban a quedar mejor transcritas, son inmejorables para mostrar lo que se contaba y cómo se contaba, con el estilo periodístico de entonces, algunas tienen mucha gracia. Luego esa decisión condiciona parte de la estructura de la novela.

ERICE.- Otra pregunta capciosa que me suelen hacer a mí, que ambiento mis novelas en África, es si he estado en África. ¿Has estado en Andorra?

IZU.- La verdad es que no, pensaba ir siguiendo los pasos de mis personajes, pero me ahorraron el viaje la Biblioteca y el Archivo Nacional de Andorra que, muy amablemente, me enviaron toda la información que pensaba buscar allí por correo electrónico, así que viajé solo hasta Seo de Urgel, como algunos de mis personajes, para ambientarme y hacer su descripción, aunque ya los había visto en Google Maps hay detalles que hay que ver en el propio lugar.

BASSAS.- Una advertencia, con cariño. Tenemos amigos escritores comunes, y algunos pertenecen a los Mossos d’Esquadra, y tu insistencia en poner Mozos, en castellano, en lugar de Mossos ha causado escozor… ¿Miras hacia tu espalda cuando vas por la calle?

IZU.- Hace tiempo que no voy por Cataluña… Pongo Mozos de Escuadra porque es como lo decimos en castellano, pero cuando hablan personajes catalanes dicen Mossos d’Esquadra, juego con eso, con la distinta forma de hablar de unos y otros, pasando del castellano al catalán.

BASSAS.- Miguel utiliza algo que no es habitual en el género negro, que es la retranca, y se agradece ese puntito de ironía o de humor porque solemos ser muy afectados, o torturados.

IZU.- A mí me sale así, me cuesta escribir sin ironía. A veces me causa problemas en el trabajo, que es donde mejor me pagan por escribir, son resoluciones de recursos de alzada contra actos de las entidades locales, y tengo que refrenarme en el uso de la ironía porque mi jefa se mosquea un poco. La verdad es que en este libro no soy capaz de decir si hay mucha o poca ironía.

ERICE.- Hay algún pasaje brillante, un interrogatorio policial, que no se suele prodigar porque no sabemos en realidad cómo son, y que resulta divertido. ¿Es un desahogo?

IZU.- Lo he puesto porque es una cosa que conozco, no necesito documentarme, he asistido a interrogatorios desde todas las partes, he trabajado como abogado, he visto cómo se interroga a los detenidos sin intervenir, he interrogado como abogado, y a veces lo hago como “juez”, he sido interrogado como testigo, e ilustro un poco cómo se comporta el testigo, o cómo se debe comportar, qué es lo que piensa.

BASSAS.- Podemos abrir el debate al público…

PÚBLICO.- Al final, que impresión te deja el personaje del rey de Andorra.

IZU.- Tiene dos caras, una amable, dicen los que le conocieron que era un hombre con don de gentes, que hablaba varios idiomas, que caía muy bien, pero precisamente por eso lograba engañar a todo el mundo. Estuvo en la cárcel varias veces como estafador. En el fondo era un delincuente que se aprovechaba de los demás, y tuvo un aspecto todavía más siniestro, se enroló con los alemanes en la II Guerra Mundial para luchar contra los rusos, cuando él era de origen ruso.

ERICE.- No queda muy claro de dónde era, ¿no?

IZU.- Él nace en Vilna, que entonces era del Imperio ruso, luego perteneció a Polonia y ahora es la capital de Lituania. Se puede decir que era ruso porque sus ascendientes eran rusos, aunque en Vilna la mitad de la población era judía, otros eran rusos, bielorrusos, polacos, lituanos, esas mezclas típicas de Centroeuropa y del Este que durante el siglo XX han ido desapareciendo gracias a las guerras y las limpiezas étnicas. Huye de la Revolución con un pasaporte ruso que pronto queda sin validez, la Unión Soviética no reconoce la nacionalidad de los zaristas fugitivos, y Polonia tampoco le reconoce la nacionalidad. En una ocasión consiguió un pasaporte holandés, y hay quien dice que era holandés. Acabó siendo alemán.

BASSAS.- Me quema esta pregunta; ¿cuándo reclamas el trono de Navarra?

IZU.- El trono de Navarra desapareció hace unos siglos, y no hace falta que reaparezca, aunque en el libro se habla de otros pretendientes a coronas reales o ficticias, incluso de algún pretendiente al trono de Navarra. En aquella época, tras la I Guerra Mundial, había muchos que se habían quedado sin trono y pululaban por Europa, y los sigue habiendo.

PÚBLICO.- ¿En la actualidad podría haber personajes como ese rey de Andorra?

IZU.- Los hay, lo que pasa es que no pretenden ser reyes, se califican de otra manera, como emprendedores, financieros, inversores, no quieren un trono sino crear un imperio empresarial, que también suena a monarquía, y van vendiendo humo hasta que se cae el invento, algunos también acaban en la cárcel.

ERICE.- Uno se acuerda de la Marbella de los 80…

BASSAS.- Hay muchos embaucadores que parecen serios, con síntomas de psicopatía… El otro día discutía yo que hoy hay más realidad en la ficción, en la novela, sobre lo que pasa, que en los periódicos.

PÚBLICO.- ¿Cuál va a ser el próximo libro?

IZU.- Eso es información reservada. Tengo casi acabada otra novela, porque uno no publica al mismo ritmo que escribe, cuesta más publicar que escribir y se van quedando cosas en el cajón, pero no me gusta hablar de ello hasta que se publique. Sí puedo decir que sigo hablando de lo mismo, en el fondo, porque cualquier escritor tiene tres o cuatro obsesiones y siempre trata de ellas, yo lo hacía incluso cuando escribía ensayos, aunque va cambiando algunas cosas para que los lectores crean que son historias distintas y originales.

PÚBLICO.- ¿Al final se sabe qué sucedió con el rey de Andorra, o se queda la duda de qué es realidad y qué ficción?

IZU.- Sí, si se lee todo el libro, aunque haya mezcla de realidad y ficción, más o menos se sabe qué fue de ese personaje.

BASSAS.- También hay un asesinato, y se sabe quién es el asesino al final…

IZU.- Sí, como ya he dicho, aparte de la historia del rey de Andorra hay otras historias que también tienen su resolución.

PÚBLICO.- ¿Se podría hacer una película con esta historia del rey de Andorra?

IZU.- Los derechos para la adaptación cinematográfica de mi novela están disponibles, si conocéis alguna productora interesada… Sí, se podría hacer una película, de hecho se ha hablado de al menos dos proyectos de llevarla al cine, sobre la obra de teatro que ya se estrenó o sobre la novela a la que me he referido antes. Claro que sería una película cara, es una película de época, hay que ambientar parte de la trama en los años treinta, en la II Guerra Mundial, hay que buscar localizaciones en Rusia, Alemania, Andorra… Es más para una gran producción de Hollywood.

BASSAS.- En cambio, no hay sexo en la novela. ¿Qué pasa con los navarros, que no ponen sexo en las novelas?

IZU.- De eso también se habla en la novela, no vamos a desvelarlo.

BASSAS.- Pero no hay sexo.

IZU.- Pero se habla, se habla específicamente del sexo en Navarra.

BASSAS.- Esta es una broma de los escritores navarros, que siempre preguntamos en qué página está el sexo. Y no sabemos qué responder. Y falta la pregunta que siempre nos hacen a los escritores. ¿Cuánto hay de autobiográfico?

IZU.- Hay una parte autobiográfica, pero en todo lo que escribo, también cuando he escrito ensayo. Siempre la hay, aunque solo sea por comodidad, tomas cosas de tu alrededor, de tu ambiente, o de ti mismo, así no necesitas documentarte. Pero ningún personaje es un autorretrato, pones cosas tuyas en todos los personajes.

Ficha:

El rey de Andorra

Miguel Izu

Editorial Berenice, 2018

ISBN: 9788417418625

288 páginas, 24 x 15 cm, tapa blanda.

Sinopsis:

Un profesor de Historia, antiguo guardia civil jubilado por invalidez a causa de un atentado terrorista, aparece muerto en extrañas circunstancias en La Seu d’Urgell, a donde había viajado para documentarse. Su mujer y su abogado acuden a la ciudad y son informados de que podría tratarse de un homicidio. A partir de ese inicio se desarrollan varias tramas que, como en una matrioshka, se contienen cada una dentro de otra. La búsqueda del difunto profesor sobre la verdadera historia del efímero rey de Andorra, el supuesto aristócrata ruso que en 1934 se proclamó soberano de ese país pirenaico; la indagación que realiza el abogado y amigo del fallecido para conocer cómo sus averiguaciones sobre el rey de Andorra y los inesperados hechos que fue descubriendo, contenidos en un ordenador portátil desaparecido, le pudieron acarrear la muerte; y la investigación oficial, que hace recaer las sospechas de asesinato sobre las personas del entorno inmediato de la víctima.

La historia de España y de Europa durante el siglo XX, la pasión por la verdad, los obstáculos y peligros que conlleva su persecución, la falsificación histórica, la memoria y el olvido, se van trenzando en una trama que nos conduce a una imprevisible conclusión.

Texto: © Miguel Izu, Carlos Bassas, Carlos Erice, 2018.

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