El refugio de los canallas

TXEMA ARINAS|Corresponsal en el País Vasco

 

Alrevés Editorial –  Barcelona 2017    264 Páginas   ISBN: 9788417077112

SINOPSIS

El refugio de los canallas es, sin lugar a duda, la novela de madurez del escritor y columnista de prensa bilbaíno Juan Bas. Con saltos constantes en el tiempo, y una estructura encadenada que permite un ritmo narrativo muy ágil que no da tregua al lector, Bas nos sumerge en el devenir de la sociedad vasca entre 1946 y 2015, dando vida a un amplísimo abanico de personajes contrapuestos y tocados por una gratuita tragedia. La novela trata con fuerza el tema shakespeariano del odio irresponsable que unos padres infundieron en sus hijos hasta causar la destrucción de todos ellos. Habla también del sinsentido y la estupidez cruel, despiadada, autista y endogámica que fue la larga lacra de ETA, así como de la existencia de un GAL esencial y terrible con una bajeza moral comparable a la de la propia banda. Y trata en definitiva de la razón de Estado cuando transita por secretas cloacas; y del patriotismo, que a veces es el último refugio de los canallas y, en otras ocasiones, el primero.

Juan Bas (Bilbao, 19 de diciembre de 1959) es un escritor español en lengua castellana. Estudió Derecho en la Universidad de Deusto pero abandonó la carrera sin llegar a finalizarla. Gran amante del cine y de Bilbao, en 1981 comenzó su carrera como escritor con una serie de guiones para la emisora de radio Radio 3, titulada Los casos de la Ribera, que contaba diversas peripecias de un detective muy peculiar por el casco viejo bilbaíno. Tras realizar el servicio militar en Barcelona decidió establecerse allí, comenzando a trabajar como guionista para diversos cómics, como El Víbora, Tótem y Cimoc. También escribió relatos para publicaciones como Playboy y Penthouse. Posteriormente comenzó a trabajar en la elaboración de guiones para la televisión, actividad en la que se ocupó hasta su salto definitivo a la narración pura. Actualmente, entre otros trabajos desempeña una función habitual de columnista en el periódico El Correo desde el año 2000.
Entre sus obras podemos destacar Páginas ocultas de la Historia, escrito junto a Fernando Marías, La taberna de los 3 monos, colección de relatos con un elemento común, todos giran en mayor o menor medida alrededor del póquer. El oro de los carlistas, ambientada en el Bilbao asediado por las tropas de Zumalacárregui. Glabro, legionario de Roma, Alacranes en su tinta, Tratado sobre la resaca, La cuenta atrás, Voracidad, continuación de Alacranes, o El número de tontos. Editor y prólogo de Lo breve si breve 2008, (cuentos sobre películas cortas) en referencia a cortos, consta de trece narraciones. Autor también de Ostras para Dimitri, en la que regresó Pacho Murga, protagonista de Alacranes en su tinta.


Reseña


Tres novelas en una

La última revelación literaria ha sido Patria de Fernando Aramburu, una novela de más de seiscientas páginas sobre el llamado conflicto vasco que ha cautivado a miles de lectores. Se trata probablemente de la “gran novela” sobre ETA y sus víctimas, siquiera ya sólo porque probablemente ofrece al lector todo lo que siempre ha querido leer sobre el tema y además en el formato más accesible para ello: el folletín. Podría decirse que el hipotético fin de ETA, en términos técnicos un cese indefinido de su actividad armada, ha suscitado un interés por todo lo relacionado con el tema que hasta entonces daba poco más que para la exitosa serie de novelas negras del inspector Gálvez de Jorge Martínez Reverte o pequeñas exquisiteces literarias como Ojos que no ven de José Ángel González Sainz (de todo lo escrito en euskera sobre el tema, por supuesto que ni una sola mención, simplemente no existe para el lector en castellano por muy traducidos al castellano que estén los libros más incisivos sobre ETA y su mundo al estilo de Letargo de Jokin Muñoz, Martutene de Ramón Saizarbitoria, La Felicidad Perfecta de Andu Lertxundi y tantos otros).
El caso es que el éxito de Patria de Fernando Aramburu, insisto que coincidiendo con el fin de la actividad criminal etarra, parece haber animado, siquiera ya sólo al mercado editorial, a fijarse en el conflicto vasco como presunto filón literario. De este modo, podemos decir que Patria tiene sus secuelas más recientes en novelas como Mejor la ausencia, de Edurne Portela, y la novela que nos ocupa, El Refugio de los Canallas de Juan Bas. Ambas novelas son además el ejemplo de que el lector en castellano puede acercarse al tema de susodicho conflicto vasco, en realidad como ha sido siempre cuando apenas se reparaba en él, puede acercarse a esa realidad tan cercana en lo geográfico y sin embargo, acaso, tan exótica en lo sociopolítico, desde diferentes géneros.
Así pues, si Patria tiene una inequívoca factura de folletín con todos los pros y contras del género, además reconocida por su propio autor, el cual siempre alude a Guerra y Paz de León Tolstoi como fuente de inspiración para su novela, El Refugio de los canallas de Juan Bas es una novela negra en toda regla. Lo es por mucho que el tema pueda parecer que pertenece a la crónica política de nuestro reciente pasado en exclusiva. Eso es así porque, en efecto, el conflicto vasco ha sido ante todo un problema político que ha conmocionado a una sociedad como la vasca en particular, que ha condicionado su presente y su futuro, que en cierta media la ha singularizado frente al exterior, pero también es cierto que los pormenores de ese conflicto, y en especial la trastienda de la lucha antiterrorista y la actividad terrorista en sí misma, pertenecen a las páginas más negras de esa historia reciente. Qué decir, ya más en concreto, de la historia que nos ocupa y que nos remite directamente a las cloacas del Estado.

De ese modo El Refugio de los Canallas nos presenta una trama perfectamente estructurada y con un ritmo narrativo que yo me atrevería a calificar como casi exclusivos del género negro. Así pues, el hilo conductor de esta trama no es otro que la detención ilegal, en suelo francés y tras ser desmantelado su comando por unos mercenarios y asesinados sus compañeros a sangre fría, de un miembro de ETA y la posterior tortura y asesinato de éste en manos de agentes de los cuerpos de seguridad del Estado. Alrededor de este episodio, cuya obvia y funesta referencia no es otra que el GAL y su chapucera y criminal actividad, trascurren, como en la mejor novela negra, simples agentes de la autoridad con un sentido muy laxo de ésta, comisarios chusqueros como pocos, generales sobre-condecorados, políticos de medio pelo y cero escrúpulos, mercenarios extranjeros y camellos con sobresueldo de chivatos. Por si fuera poco el elenco de estereotipos negros, todos ellos poco más que trasuntos de personajes reales con nombres y apellidos, Amado, Elgorriaga, Galindo…, la otra parte también nos ofrece los suyos, sobre todo en lo que se refiere a psicópatas asesinos como ese trasunto de la tristemente célebre Idoia López Riaño, La Tigresa, la exuberante etarra a la que no le temblaba el pulso a la hora de descerrajarle un tiro al hombre con el que se acababa de acostar. Y también, esos otros asesinos etarras, a los cuales, y esto siendo muy generoso, o ya sólo haciendo sociología de barbecho, hasta se los podría de calificar de meras víctimas del odio transmitido por los suyos, siquiera ya sólo mamado en el ambiente donde se criaron, y que unido a una quizás estupidez innata, sólo ha servido para destrozar sus vidas y arrancar las de los demás, seguramente por haber sido arrastrados por la inercia de una sociedad donde el recurso a la violencia para resolver supuestos o no conflictos políticos casi se asemeja a una constante histórica.
Por si fuera poco, las historias del resto de personajes se entrelazan alrededor de la trama principal ofreciéndonos continuos saltos temporales que sirven para ampliar la mira telescópica del lector sobre el drama que nos ocupa. Biografías que nos presentan ese desgraciado pasado reciente y con él también parte de las claves del drama, no todas, pero al menos las que giran alrededor del episodio y sus protagonistas en exclusiva.

Y esto es así a lo largo de una novela que, al menos yo, no dudo en calificar como propia del género negro, sin importarme mucho que el propio autor, su editorial o cualquier otro, lo desmienta con la pretensión de hacer de la novela algo mucho más enjundioso, acaso ya sólo libre de los corsés del género, como Juan Bas levanta su retrato del llamado conflicto vasco de las pasadas décadas con la hemeroteca siempre entre líneas y una notoria voluntad de no aburrir al lector en ningún momento, recurriendo a los recursos más al uso del género negro. Un retrato acaso no muy diferente del que quiso hacer Leonardo Sciascia de su Sicilia natal cuando escribía novelas negras en las que la trama siempre era una excusa para introducir al lector en la realidad de su isla con el fenómeno mafioso siempre de trasfondo, esto es, presentando tipos y situaciones que derivaban casi en exclusiva de su particular Historia y demostrando que la novela negra no sólo sirve para entretener al lector sino también para ilustrarlo, aunque sea sólo sobre esa trastienda negra de un determinado rinconcito del mundo.

Texto © Txema Arinas. Todos los derechos reservados.

Publicación © Solo Novela Negra. Todos los derechos reservados.

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