EL ASESINO DE LA CARRETERA de James Ellroy por Beckett & Hawk

Solo mencionar su nombre me produce respeto. James Ellroy, el perro de la novela negra, el monstruo del lago Ness, el pistolero más rápido del género. Hablar de Ellroy es subir a la cima del Everest para ver cómo el mundo queda a sus pies, es comprender lo insignificante que queda el resto de juntaletras, porque Ellroy es el puto amo, un escritor que es historia de nuestro género, que es una escuela con camisa hawaiana del que todo el mundo debería aprender. Y es que ese tipo, excéntrico donde los haya, escribe como un Dios, creando un estilo propio, inconfundible e inimitable, porque James Ellroy es novela negra en vena.

Y “El asesino de la carretera” es un pedazo de libro que se tiene que leer, por varias razones, está escrito por un genio, maneja el lenguaje como nadie, tiene una pluma fácil, sus personajes son para soñar con ellos, no sobra absolutamente nada, y en cada párrafo puedes encontrar alguna maravilla nacida de una mente tortuosa como la de Ellroy.

En este libro se habla de que Martin Plunkett ha sembrado Estados Unidos con un rastro de muertes. Cuando el FBI consigue darle caza, decide confesar sus crímenes a cambio de que su autobiografía vea la luz. Así, escribe sus memorias mientras cumple las cuatro cadenas perpetuas a que ha sido condenado. Nacido en Los Ángeles en los años cincuenta, su adolescencia es extraña y compleja, hasta el punto de que, en cierto modo, acaba provocando el suicidio de su madre. A raíz de este suceso, queda bajo la tutela de un oficial de policía, de quien aprende justo lo que no debía: el oficio de ladrón. Martin tiene una inteligencia extraordinaria y cierta tendencia al aislamiento, por lo que va construyendo sus obsesiones mientras continúa con los atracos. Tras pasar un año en la cárcel, comete su primer asesinato.

“Eres un asesino Martin”

Al despertar de mi sueño postasesinatos, a las 7,30 me afeité y me duché automáticamente y me preparé para ir a trabajar”

Por eso y por mucho más es un libro que hay que leer con la sensación de que en cualquier momento te encontrarás en el ascensor con alguien con quién te gustaría pasar el resto de tu vida. Pues ese es Ellroy, un tipo diferente, un escritor genial, nada que ver con el 90% de juntaletras que corren de festival en festival para aparcar su coche en la nada más absoluta.

Por eso amigos, leed a Ellroy, porque como siempre os digo leed, leed malditos.

 

©Reseña: Beckett & Hawk, 2022.

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